LA APUESTA DE ECALA
¿Qué pruebas hay de que Dios existe?
El otro día amigo lector, en un debate reñido en uno de los congresos a los que continuamente me invitan, en su mayoría acerca de la historia de la fe, o de algún tema cercano a la historia de la Iglesia en México, me preguntaban con un dejo amplio de hacerme sentir equivocado:
¿Qué pruebas hay de que Dios existe?
Y es que no creo que exista alguna persona cercana a nuestra fe, que no se le haya preguntado esto, fuera de manera en una charla de amigos, en algún debate familiar, en la escuela e inclusive, dentro del diálogo entre creyentes mismos.
Es tal vez, la pregunta obligada para aquellas personas que desean saber más de Dios, o están enojadas con él, o de plano preguntan porque no han tenido acercamiento alguno, y en veces, aquellos que han abandonado el pensamiento teológico por el simple hecho de sentirse solos o deprimidos.
¿Existen pruebas de que Dios existe?
Jean-Paul Sartre, un literato y filósofo – dentro de muchas habilidades literarias y del pensamiento humano- que vivió en Francia, y dedico gran parte de su vida, a la filosofía existencialista y acerca de que el socialismo es finamente humano, allá por los años 50´s y 60´s.
Habrá quien coincida con él o no en lo referente a lo del socialismo humanos, pero lo que nos ocupa fue su idea acerca de que existen pilares para hacer que la fe no exista, o si hubiera existido, porque la dejamos de tener.
Para Sartre Dios no existe, así de simple, por lo tanto, no fuimos creados a su imagen y semejanza, somo un resultado de nosotros mismos como personas.
A esta idea de que no somos un molde de Dios, se le llama existencialismo, es más compleja de lo que se observa a primera vista, pero trataremos de ser claros en esta forma de cómo perdemos la fe, en las sociedades modernas.
Para Sartre la palabra libertad la resume en una frase:
“Libertad es decir que no”
Y da un avanzado ensayo y detallado proceso filosófico acerca de sostener su idea, a como diera lugar, “tú solo di que no y estas en completa libertad”
Eso suena, dirían los psicólogos, a cuando éramos niños, y considerábamos una gran rebeldía, decirle a papá que no.
“ve por las tortillas” decía mamá, y contestábamos “¡no!” creyendo que eran los primeros espacios de libertad… ya luego el buen amigo cinturón, nos hacía recapacitar acerca de la importancia del apoyo familiar.
Porque la libertad es más que solo negar, cuando consideramos que somos amados y esperados por María Santísima, para realizar nuestras acciones convencidos, de que hacemos lo correcto, tanto para nuestra fe, como para la comunidad en la que nos desarrollamos.
Libres claro para acercarnos a Jesús, su hijo.
Y habrá indiscutiblemente quien diga que “no quiero ser católico” y se lo vamos a respetar, y no nos vamos a meter en problemas tratando de convertirlos a la fuerza, porque también es libertad decidir en que creemos.
Y para Sartre decir que sí a la libertad, estaba mal, porque ponía en tela de juicio todas aquellas costumbres y tradiciones que nos había enseñado nuestra propia familia, tanto el afecto y la responsabilidad de acompañar, como la de construir un tejido social, que hoy vemos tan deteriorado.
Luego esta idea evolucionó a los “jipis” de los 60´s con la frase “haz tu vida”, algo ya más profundo e individualista, era dejar de pensar en comunidad y dejarnos llevar por el individualismo.
Ya una moda llamada beatkins a finales de los años cincuenta en estados unidos, había fracturado a la sociedad con ideas antimaterialistas, eran abiertamente consumidores de drogas, buscaban la libertad sexual, y estar en contra del capitalismo, sin ser socialistas.
Estaban en contra del rock and roll y preferían el jazz moderno.
Se ubicó específicamente un estereotipo en la juventud americana, que luego se trasportaría años después en los famosos “jipis” y llegaría a México, mezclando los conceptos de los existencialistas con las teorías ateas de Sartre, los beatkins y los modelos mercadológicos de los norteamericanos.
Porque sí nos queda claro que para los gringos ¡todo es negocio!
El estereotipo beatkins era de crear la idea de ser una persona que no acumula dinero, que no les gusta el trabajo (pero desean los beneficios), criticar el sistema capitalista, pero no esforzarse, consumir drogas y una libertad sexual exacerbada, dio como modelo a seguir de las juventudes mexicanas, un tipo de personalidad alejada de las tradiciones familiares.
Estar en contra de la Iglesia Católica en México, era una moda de estos jóvenes, y la permearon en el colectivo de nuestras familias.
Todos recordamos al famoso “shaggy” del dibujo animado de Scooby Doo, bueno, pues el famoso personaje desfachatado de pantalones cafés y playera verde era nada más y nada menos que un beatkins, el modelo del joven holgazán, comelón, y cercano a las drogas, que se convirtió en aspiración para muchos jóvenes de los 50´s e inicios de los 60´s.
Solo que el ateísmo promovido por Sartre se basaba en una corriente universitaria, emanada de un literato de alta calidad y un filósofo académico, no de una moda mercadológica, que vendía ropa, discos y seudo autores “filosóficos”, todo un marketing de primer mundo, para hacer creer a los jóvenes de su rebeldía.
Cuando algunos amigos nos dicen que son holgazanes porque Dios así lo quiso, está usando palabras de Sartre, cuando quiso explicar aquello acerca de que la responsabilidad es de Dios, cuando la responsabilidad total de nuestros actos es de nosotros, cuando decimos sí a la libertad.
La libertad de ser personas de bien, trabajadoras y honradas, o la de echarle la culpa a Dios porque nos va mal.
Y también dice Sartre que al no haber Dios ¡no hay mal!, así de simple. Afirma que la existencia de Dios es imposible, ¡no puede existir un Dios! Como idea sí, pero como Dios no.
El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo, menciona Sartre en su conferencia del 29 de octubre de 1945, en la Salle des Centraux de París, titulada: “El Existencialismo es un humanismo”.
¿Dios existe?
Nuestro pensamiento actual, en donde ya le dimos la vuelta a infinidad de ideas filosóficas como las de Sartre, donde logramos saber que nace esa idea en un momento específico de finales de la segunda guerra mundial, y que hoy día al mezclarse con los beatkins americanos, el marketing, y la cultura “jipi” resultó una idea social, fuerte sí, que aún vive en nuestros días.
Y nos queda claro, que no necesariamente fue un buen contradebate al amor que nos profesa Jesucristo y María Santísima, que vemos en nuestros hijos, en nuestras parejas, en nuestros padres y en todo aquello que nos construye la vida, los días y la alegría de nuestra vida.
¡porque las muestras de la existencia de Dios son irrefutables!
Miles de años han pasado de su llegada, muchas ideas como la del existencialismo han tratado de sacar de contexto a nuestra Santa Madre Iglesia Católica fundada por Jesús y sostenida por el Espíritu Santo, y no llegan a la magnitud de la paz que nos brinda, la cercanía a la gracia de Dios.
¡al gozo mismo!
Lo siento, pero aquellos que creían que Sartre tenía la única verdad, están en su derecho de acreditarle su filosofía atea, pero no deja de ser un movimiento, como los beatkins, los “jipis” y el jazz moderno (que es un deleite, por cierto, esta música), pero que queda en eso, en un movimiento.
Vamos pues preparándonos para el adviento, construyendo en todo momento, mejores personas para una más y próspera sociedad, y si se pudiera cercanos a la divina providencia.
Verdad misma de la existencia de Dios.
Luego entonces amigo lector, no nos quejemos del México que estamos viviendo, porque en ello quede claro: ¡Tenemos el País que queremos!? Esa es mi apuesta ¡y la de Usted?…