En las últimas semanas tres países de América Latina celebraron algún tipo de elección. El 15 de octubre, Ecuador eligió a su nuevo presidente. Sin mayores contratiempos, se dio a conocer que el joven empresario Daniel Noboa, un personaje con poca experiencia política, derrotó con el 52 por ciento de los votos a Luisa González, la candidata de la izquierda y cercana al expresidente Rafael Correa, que obtuvo el 48 por ciento de las preferencias. Al correísmo no le alcanzó su promesa de regresar al pasado, cuando la economía del país iba bien gracias a los ingresos del petróleo y millones de personas pudieron salir de la pobreza.
Noboa fue asambleísta y recibió apoyo para su candidatura de una alianza de partidos. Su intención de reducir impuestos y fomentar la inversión extranjera lo sitúan en la centroderecha del espectro ideológico. Asimismo, enarbola una plataforma enfocada en el fomento a la inversión extranjera y el uso de tecnología contra el crimen organizado. Busca fortalecer la normativa en el ámbito de justicia, combatir la inseguridad y apoyar cambios fiscales para que quienes tienen más tributen más. En la Asamblea Nacional, la principal fuerza política será el correísmo, con el 39 por ciento de los escaños; sin embargo, nadie tiene la mayoría absoluta, por lo que se tendrán que articular pactos y coaliciones para legislar.
En Argentina, el 22 de octubre pasado se llevó a cabo la primera ronda de los comicios para elegir al próximo presidente. En noviembre contenderán el candidato peronista y ministro de Economía, Sergio Massa, y el ultraderechista Javier Milei. La derechista Patricia Bullrich se quedó fuera del proceso. En el país ir a votar es una obligación. Participaron en los comicios 25.9 millones de personas, esto es 74 por ciento del padrón.
También se votaron puestos legislativos y regionales. En Argentina, la Cámara de Diputados estará fragmentada y cualquier fuerza que gobierne tendrá que tejer acuerdos. La formación que más perdió presencia es el grupo que postuló a Bullrich. El peronismo también obtuvo menos escaños, en tanto la bancada de Javier Milei se convirtió en la tercera fuerza política. En el caso del Senado, ningún partido tendrá mayoría, pero el peronismo tendrá más espacio para formar alianzas.
El domingo pasado también se llevaron a cabo elecciones primarias en Venezuela para definir al candidato de la oposición que eventualmente competirá en contra del chavismo, con clara ventaja de María Corina Machado. Este evento se suma a otras decisiones que alimentan la posibilidad de un cambio político y la recuperación económica para los venezolanos. La semana pasada se cerró en Barbados un pacto entre el Gobierno y la oposición en el que se definió que se llevarán a cabo elecciones presidenciales en el segundo semestre del 2024, se promoverá la autorización “a todos los candidatos y partidos políticos” para participar y se permitirá la presencia de observadores extranjeros en el proceso.
Sin embargo, no está muy claro si Machado podrá competir ya que está inhabilitada y el Gobierno ha insistido en que no está a discusión levantar esta sanción. Asimismo, después de la reunión en Barbados, Washington levantó temporalmente sanciones al petróleo, oro y gas. En contraparte, el gobierno del presidente Maduro liberó a algunos presos políticos.
Los tres países enfrentan un panorama económico muy complicado. En Argentina, el principal reto es la inflación, que es del 140 por ciento anual y el 40 por ciento de la población se encuentra en condiciones de pobreza. En Venezuela, según cálculos, la economía cayó 80 por ciento entre 2014 y 2020 y enfrenta una inflación de tres dígitos. Por otra parte, Ecuador buscará generar condiciones de seguridad y paz pública, después de una contienda agitada por la violencia.
En las últimas dos semanas, se han llevado a cabo ejercicios democráticos en Ecuador, Argentina y Venezuela, con enormes retos por delante. En los tres casos será necesario el diálogo político para construir acuerdos y hacer frente a los problemas que se avecinan.