Comparte la señora presidenta (con A) una pregunta o mejor dicho un par de ellas, con algunos ciudadanos.
Ella ignora, como ignoramos casi todos, la relación entre la intransigencia pendenciera del magisterio rijoso con la legitima solicitud de mejoras laborales, de seguridad al futuro y de todos los demás pretextos.
–¿Qué tiene que ver?, se pregunta con profunda curiosidad. Por lo visto gobernar también es ignorar.
La interrogante presidencial proviene de dos actitudes saboteadoras de la CNTE.
Una del orden público cuando no había justificación para bloquear media capital del país (nunca la hay, en verdad), incluido el destartalado aeropuerto internacional Benito Juárez, cuando ya se les había ofrecido una entrevista del más alto nivel. Es decir, con ella misma. No tenían por qué hacer eso, dijo en tono lamentoso sobre la suspensión de vuelos.
Y la otra, el boicot a la elección (per) judicial. Su pregunta, ahora cargada de censura ideológica fue más ácida. Leamos textualmente:
–“Nosotros somos los que estamos diciendo ‘siéntense a la mesa, dialogar, ahí está la mesa para dialogar’, pero ¡esta forma antidemocrática! Nosotros no estamos de acuerdo.
“¿Cómo es que no se quieren sentar a dialogar (los malos)?
–¿Qué tiene que ver la demanda de la derogación de la Ley de ISSSTE de 2007 con el INE?
“Ahora ya plantea (la CNTE) lo mismo que plantea la derecha, que hay que boicotear la elección judicial. ¿Qué tienen que ver las jubilaciones con boicotear la elección del Poder Judicial? ¡No, bueno! Pues está igual eso que lo que dicen los más conservadores”.
-¿Sospecha sobre un acercamiento de la CNTE con grupos opositores?, le preguntan con sospechosa insidia.
–“En términos de argumento, sí; se acercan los argumentos. No tengo ninguna evidencia de que estén juntos, no, pero en los argumentos ¿qué tiene que ver bloquear el INE con sus demandas?, ¿qué tiene que ver la elección al poder judicial con sus demandas?”
Juan pueblo podría a su vez hacerse otra pregunta:
–¿Qué tiene que ver la elección (per) judicial con la movilización favorable de los otros maestros, los “buenos”, los sistémicos en oposición a los del antisistema. Cuestión de letras. No es igual el SNTE a la CNTE.
En esas condiciones destaca un gran fenómeno, poco novedoso, es cierto, pero ahora explosivo: la polarización de la elección (per) judicial.
Votar se ha convertido en una definición ideológica,una ubicación militante: acudir a la urna insuficiente y sin controles, es actitud revolucionaria y democrática. Abstenerse es muestra de pensamiento reaccionario y derechista. Y eso es un pecado mortal.
Los sindicatos, ahora, metidos en esa extrañísima calificación axiológica, crean entonces los bloque corporativos bueno y malo. Y en medio de ellos, como un sol, la madre ignorancia.
–¿Que tiene que ver? Obvio es decirlo, nada en relación con las demandas de la CNTE. Pero tampoco con el proselitismo desbordado y auxiliador SNTE (los buenos) convertido en uno más de los acarreadores del gobierno en el proceso por venir con todo y sus acordeones en la “tocata y fraude”.
Se duele en público la presidenta (con A), una vez más, de la incomprensión sindical. No quieren dialogar.
Y la CNTE le contesta a través de Araceli Pérez Martínez, secretaria general de la Sección 22:
–Llevamos siete años dialogando y no se nos han dado resultados.
Esa sola frase explica todo: dialogar con el gobierno significa ganar lo exigido. Maestras calladas jamás serán escuchadas, etc, etc.
La radical Pérez Martínez es la primera mujer en ese cargo en 40 años. Es la joya feminista del magisterio oaxaqueño. Llegó tras acusar a los dirigentes anteriores de haber desmovilizado la sección en favor del gobierno pasado a cambio de candidaturas municipales de Morena en Tlaxiaco, San Juan Bautista Tuxtepec y Unión Hidalgo, entre otras.
Cuando llegaron todas, ella también llegó.