Yanireth Israde
Tarot, de Leonora Carrington (Lancashire, Inglaterra, 1917 – Ciudad de México, 2011), es un libro-baraja que propicia lecturas tan múltiples como enigmáticas, acordes con el talante de la artista interesada en el ocultismo, la alquimia y la astrología.
Además del mazo de 22 arcanos mayores pintados por la creadora surrealista, esta obra reúne un tablero para extender las cartas, un libro guía y un juguete taumatropo que reproduce –para formar ilusiones ópticas–, un rostro de ojos diáfanos que escudriñan el interior, abrazado por cuatro manos. Carrington denominaba esta figura como Looking in (mirar hacia dentro) y la reprodujo en su obra escultórica.
En este tarot, Looking in funge como guardián del camino iniciático que supone el arte de Carrington y la lectura de estas cartas, señala la poeta Micaela Mendoza Hägglund en el instructivo que acompaña el volumen.
Más que herramienta adivinatoria, el tarot constituyó para la artista una herramienta de conocimiento personal, explica en entrevista Fermín Llamazares, presidente del Consejo Leonora Carrington, cuyo patrono fundador es Pablo Weisz Carrington, hijo de la pintora y quien decidió acercar al público estos arcanos.
La artista galardonada en 2005 con el Premio Nacional de Ciencias y Artes se interesó en la lectura del tarot a partir de su amistad con el cabalista húngaro Desiderio Lang y lo leía a sus amigos, pero dejó de hacerlo, indica Llamazares.
Al respecto, Mendoza Hägglund, también psicóloga y musicoterapeuta, abunda:
“Practicó varias lecturas del tarot con sus amigos esotéricos, pero dedujo que no podía hacer predicciones de personas cercanas a ella porque, en algunos casos, no eran positivas y había pensado que se habían llevado a cabo. Poco a poco abandonó la práctica de leer las cartas indiscriminadamente, relegándose a leerlas solo de manera ocasional”.
Porque cada lectura de tarot desentraña narrativas basadas en la exploración del inconsciente, advierte Mendoza Hägglund.
“Dejar que los arcanos hablen es la forma en la cual se van conectando los mundos sutiles con la materialización de los mensajes que las cartas van dando”, expone en el libro, que también incorpora una presentación de Llamazares y un preámbulo de Weisz Carrington.
Los arcanos mayores pintados por Carrington (fuerza, templanza, justicia, amor y muerte, entre otros) están basados principalmente en la iconografía de los antiguos tarots de Marsella y la baraja de Rider Waite Smith (R.W.S.), “estableciéndose Carrington como un puente entre la simbología clásica del tarot y su propia impronta –por el uso del color, detalles peculiares y personajes añadidos–, dado su extenso y polifacético mundo imaginario”, informa Mendoza Hägglund.
Carrington pintó el tarot (en el que aparecen los seres fantásticos, míticos, espirituales y simbólicos que distinguen su obra) en los años 50 solo para ella.
“No era una herramienta para el público en general, ni una obra de arte comercial ni nada de esto: es el tarot que ella tiraba, que ella jugaba y se lo leía a sus amistades muy cercanas, lo cual evitó después”, dice Llamazares
El también autor de Black Book Testigo Escultórico explica que la obra publicada por el Consejo Leonora Carrington es distinto al Tarot de Leonora Carrington publicado años atrás por la editorial RM.
“Esta es una visión totalmente feminista y una interpretación femenina de los colores y de los diseños únicos que usó Leonora en su tarot y que lo hacen diferente a todos los demás”, subraya.
La obra, disponible en versiones Pop y Lux, puede solicitarse en la página de facebook e instagram del Consejo Leonora Carrington, en los museos Leonora Carrington de Xilitla y de San Luis Potosí, en el correo tarot@consejoleonoracarrington.org o vía whatsapp al 5580310281.
Viaje astral
El libro propone diversas formas de lectura de la baraja de Leonora, entre ellas el simbolismo astral, que a continuación se detalla:
λ Soplar la baraja.
λ Pedirle que uno de los arcanos acompañe la navegación de sueños.
λ Elegir una carta colocándola debajo de la almohada y, al cerrar los ojos, visualizarla tratando de mirar sus detalles, color, forma con base en la paleta empleada por Leonora.
λ Preguntar. En la interrogante está el secreto, el pasaje al universo de mensajes, el cual, al dormir, puede ser codificado por los registros astrales y dar información paralela a la que se procesa de forma diurna y en estado de vigilia.
λ Al despertar, simplemente hacer una retrospección o contemplación de los sueños de esa noche. Evocarlos, escribirlos, grabarlos, dibujarlos, representarlos de alguna forma.