Los queretanos no estamos viendo moros con tranchete, no tenemos inclinaciones paranoicas, pero la posibilidad de construir la terminal del Tren eléctrico México-Querétaro en el parque de Los Alcanfores es real, al mismo tiempo que las desgracias correspondientes. Ya las vimos con el Tren Maya y la destrucción de la selva y las especies endémicas; algo reconocido por los propios constructores de la Secretaría de la Defensa. El ecocidio ha merecido la condena internacional, por la devastación de una de las selvas más ricas del planeta. No es el pueblo, es la barbarie uniformada.
No vayamos tan lejos, en San Juan del Río, según lo informó recientemente Plaza de Armas, los trabajos del tren dañaron la infraestructura hídrica, ocasionando una fuga considerable de agua y la suspensión de servicio al menos ocho colonias de la ciudad. La irresponsabilidad de los constructores representa una operación a corazón abierto sin ninguna imagen previa de rayos X.
La sola especulación de construir la estación de tren en los Alcanfores, debemos detenerla y ¡Ya! Es algo más que una ocurrencia, es una atrocidad. Circula en las redes sociales un video: “Por la defensa de los Alcanfores”, producido por Ricardo González, en el que se puede apreciar una vista aérea de la ciudad, en medio de la masa gris de concreto y asfalto, apenas una raya verde espléndida: Los Alcanfores. Nuestro último pulmón.
Quienes se atreven a especular sobre la estación en ese lugar, no tienen la menor idea que Los Alcanfores representó no solamente un rescate de la naturaleza, sino toda una hazaña de participación y movilización social: incorporó un logro jurídico, existe un decreto presidencial que otorga la propiedad a Querétaro. Exigió para su reivindicación un compromiso de las autoridades del gobierno del Estado, el entonces gobernador Mariano Palacios Alcocer, se resistió y desafió a Ferrocarriles Nacionales. Excélsior nacionalmente y Noticias localmente se sumaron a la causa. No soy modesto, yo también anduve en la gestoría.
No voy a repetir la historia, Plaza de Armas y su director Sergio Arturo Venegas, ya abrieron hace poco sus páginas para difundir esa página, que no dudo en calificar de estelar en la vida política y social de Querétaro. Los tiempos han cambiado y parece que es necesario repetir la estrategia que permitió la recuperación de Los Alcanfores, pero con su adaptación a las nuevas causas de fuerza y debilidad de los tiempos actuales.
La sociedad ya está más informada y consciente del valor del medio ambiente. En la época de la recuperación, el gobernador y el Presidente, pertenecían al mismo partido. No es el caso actual, la amenaza de la distribución de las partidas, no abren mucho margen a la participación de las autoridades. Conscientes de su inevitable prudencia, lo único que podríamos pedirles es el cumplimiento de los artículos tercero y séptimo de la Constitución de Querétaro. Es decir, que proporcionen las condiciones para que la sociedad ejerza su libertad, propicie la participación; que nos comunique la información que tengan del proyecto y el resultado de esas reuniones que, según dicen, sostienen con los responsables del proyecto.
Fundamental el apoyo y defensa de Los Alcanfores fueron los medios de comunicación, en los que ahora se incluye los electrónicos y redes sociales, con la gran ventaja, la inmediatez de la información. Una fortaleza de la defensa de la zona verde serán la Universidades, principalmente la UAQ y el impulso de su rectora Silvia Amaya Llano. La causa es una gran oportunidad para cumplir la función social de nuestra querida Universidad.
El Batán, no sé del tema, pero me queda claro que no logró el consenso de los partidos políticos. La causa de Los Alcanfores es un espacio para sumar fuerzas sin ningún tipo de diferencias ideológicas. Después del zafarrancho de los legisladores, sería un gran mensaje de unidad a la clase política local y nacional, cuando el motivo es por el beneficio total de la sociedad.
“Querer a Querétaro”, fue mi lema de campaña como diputado federal, es momento de mostrar ese cariño en forma expresa y abierta. El silencio será testimonio de socarronería y complicidad. Lo que el electorado tomará en cuenta en las urnas.
Una aclaración importante para Andrés Lajous, Director del proyecto y para el Agrupamiento de Ingenieros de la Secretaría de la Defensa, nuestra protección es decidida y total a Los Alcanfores, no la hacemos en forma beligerante, con un cuchillo entre los dientes, bueno, ni siquiera con una resortera en las manos. Simplemente lo queretanos preferimos los árboles y el oxígeno a las vías y a los vagones; nos importan más la vida y la salud que los avances tecnológicos. Confío que los responsables de la construcción sabrán comprender nuestras razones y compartirán nuestra convicción, por cierto, sin ninguna concesión: “LOS ALCANFORES NO SE TOCAN”.








