COLUMNA PLAZA DE ARMAS
Los 60 años de autonomía de la UAQ
Buenos muchachos: Sabino
- Memorias del líder estudiantil Álvaro Arreola
- El nuevo dirigente de FEUQ es Manuel Peña
- Confirman la visita del presidente López Obrador
- General Domínguez coordina seguridad aquí
Las memorias.
Este martes se cumplieron 60 años de la publicación del diario oficial “La Sombra de Arteaga” con la primera ley orgánica de la, desde entonces, Universidad Autónoma de Querétaro, aunque oficialmente la autonomía surtió efectos –es un decir- a partir del 5 de febrero de 1959.
Este fue un logro colateral del movimiento estudiantil del 58, encabezado por Alvaro Arreola Valdés, que originalmente buscaba y consiguió la reinstalación del rector fundador, Fernando Díaz Ramírez.
Entrevistado por PLAZA DE ARMAS, El Periódico de Querétaro, aquél líder estudiantil, presidente del comité de huelga y hoy maestro jubilado, compartió sus recuerdos y reconoció que el gobierno estatal mantiene su intervención en la UAQ a través del presupuesto y la vulnera por la insuficiencia económica.
Va de cuento.
Eugenio Chelet les dio la noticia del cese del primer rector en el Jardín Zenea a Álvaro Arreola, Jorge Hernández Palma y Jaime Murúa: ¿Qué creen?, Juan Gorráez acaba de quitar a Fernando Díaz y nombró a Pepe Alcocer.
De inmediato se trasladaron al edificio universitario, en 16 de septiembre, y citaron a todos los alumnos. “Éramos como 120”. Ahí, recuerda, informamos de lo acontecido y uno de las primeras decisiones fue solicitar una entrevista con el mandatario estatal para decirle que no estábamos de acuerdo en el cambio.
En el encuentro participaron solamente los estudiantes. “No invitamos a los profesores porque eran burócratas o tenían despachos con intereses” explica.
-Era un movimiento completamente estudiantil. El único maestro que nos dio su apoyo fue el doctor Calzada.
Aquí hace un paréntesis Álvaro Arreola para aclarar que José Alcocer Pozo era aceptado, respetado y querido, pero no estaban conformes por la forma adoptada por el gobernador para designarlo, sin tomar en cuenta a la base de la institución, el alumnado.
Y en efecto, al titular del Poder Ejecutivo del Estado no le importaba la opinión de los universitarios, igualito que hoy.
Lo primero que les dijo al recibirlos fue: Necesitan leer su Ley Orgánica. Ahí dice que es facultad del gobernador nombrar y remover al rector. Lo segundo que les soltó fue: Vengo de ser presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal y ahí enfrenté a los tranviarios, dirigentes cetemistas y de todos los sindicatos, ¿creen que ustedes van a espantarme?
Inconformes con la negativa de Juan C. Gorráez a reinstalar al rector Fernando Díaz, Álvaro y sus compañeros decidieron hablar con el doctor José Alcocer Pozo, por cierto padre de Manuel Alcocer Gamba, secretario de Finanzas del actual gobierno.
También el rector sustituto los remitió a la Ley Orgánica y las facultades del gobernante y que él no le podía decir a Gorráez que siempre no aceptaba el cargo. “Le dijimos que íbamos a cerrar la Universidad y nos advirtió que nos íbamos a meter en un lío”.
No les importó a los muchachos y se pusieron en huelga. Del 17 al 27 de enero de 1958, los diez días que conmovieron a Querétaro y lo pusieron en la vitrina nacional porque pidieron ayuda a todas las universidades para que enviaran telegramas -medio de comunicación privilegiado en ese tiempo- al Presidente de la República, a los secretarios y a la sociedad en general.
Pronto recibieron apoyos, especialmente del dirigente estudiantil Héctor Pastrana, de la UNAM (que les aconsejó el tema de la autonomía universitaria) y Jesús Guízar, coordinador nacional de estudiantes universitarios, con sede en Morelia, Michoacán.
Era tanto el interés oficial de aplacar el movimiento que a Pastrana lo interceptaron en la Central de Autobuses para llevarlo a platicar con el gobernador, quien le argumentó que se trataba de un movimiento de comunistas.
-Nosotros no sabíamos lo que era eso, confiesa Arreola, porque nuestros maestros no nos lo habían enseñado, ni en las materias económicas ni en las de ideas políticas. Nada. Ignorábamos de qué estaba hablando Gorráez. Era un asunto sin intereses partidistas ni nada. Puramente estudiantil.
Así lo entendió la sociedad queretana, porque hasta los empresarios los apoyaron, aunque cerraran no solamente la Universidad sino algunas calles del Centro Histórico.
-¿Cómo le hicimos para no ser rechazados? Hablamos con los posibles afectados, los taxistas y los comerciantes. Sólo nos exigieron que fuera todo pacífico y no se rompiera ni un vidrio, porque entonces sí se opondrían.
Fueron los choferes los que cerraron las calles con sus vehículos. “Nosotros no teníamos ni bicicletas”.
Fueron días intensos. De comunicaciones telegráficas y telefónicas.
Los telegramas eran todo, como hoy los tuits, pero el teléfono era más seguro, bueno en ese tiempo, y los dueños de la panadería de El Sol Divino, en 16 de septiembre y Altamirano, les prestaban su línea.
Hasta que, gracias al apoyo local y de otras universidades, intervino el gobierno del presidente Adolfo López Mateos para recomendar la reinstalación de Fernando Díaz y el reconocimiento de la autonomía, porque ahí empieza todo, en la elección del rector. Y bueno. Ya vemos que la autonomía depende del presupuesto, “el pleito eterno, porque es el único medio de control del estado”.
Ocurrió el triunfo del movimiento estudiantil encabezado por Arreola con la participación de su comité, en el cual figuraban los hermanos Salvador y Pedro Septién, Hugo Terán, Jesús Galván, Jaime Murúa, Alejandro Maldonado Franco, Rogelio Garfias Ruiz, Antonio Jaramillo, Manuel Suárez Muñoz, Elisa Urbiola Basaldúa, Gloria Montes y Jesús Figueroa.
Era el mero día del santo del gobernador, que tenía fiesta en su casa de Juárez y Arteaga, hasta donde llegaron los huelguistas para fumar la pipa de la paz.
Ahí se produjo el famoso episodio de la corbata.
Héctor Pastrana le dijo a Gorráez que en toda solución de un conflicto se hace algo simbólico para celebrar. “Y surgió lo de cortarnos todos las corbatas. Hernández Palma consiguió unas tijeras y ¡zas!”
¡El fistol no!, los contuvo el gobernador, porque me lo acaba de regalar mi esposa.
-Yo me quedé con las corbatas, revela Arreola, pero cometí el error de entregarlas en la rectoría y desaparecieron.
De allá para acá han pasado 60 años, que se celebrarán la tarde del próximo 5 de febrero en la UAQ, depositando una cápsula del tiempo con información universitaria que se abrirá en el centenario, en el 2059, probablemente con la presencia de Alvaro Arreola Valdés.
Así de fácil.
Así de difícil.
-OÍDO EN EL 1810-
A propósito.
Por primera vez en 60 años, la Federación Estudiantil Universitaria de Querétaro eligió a su presidente con el voto de la mayoría de los alumnos que, en cada plantel, dieron su mandato a los representantes. El resultado: Ganó José Manuel Peña Quintanilla, estudiante de Medicina a Noé Guzmán Fajardo, de Derecho. Y por goliza: 27-7.
Cosas veredes.
-¡PREEEPAREN!-
Confirmado.
El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezará el próximo martes en Querétaro la ceremonia conmemorativa del 102 aniversario de la promulgación de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.
Vendrán con él los miembros de su gabinete y los jefes de los poderes legislativo y Judicial.
Doy fe.
-¡AAAPUNTEN!-
Por cierto.
Será el debut del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su tierra: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Bienvenido.
-¡FUEGO!-
Aquí entre nos.
Este armero le puede compartir que el coordinador de seguridad federal en nuestro estado es el general en retiro Luis Vicente Domínguez Ramírez, que estuvo con el presidente Andrés Manuel López Obrador desde la firma de los compromisos con Querétaro el 19 de marzo del 2017.
Dicen por ahí que no se ha nombrado a nadie.Andan extraviados.
¡Porca miseria!