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López Obrador va por todo

ESTRICTAMENTE PERSONAL

por Raymundo Riva Palacio
8 septiembre, 2020
en Editoriales
El reguilete de Lozoya
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Los ajustes en el gabinete hace unos días fueron meramente para reducir costos operativos. Próximamente habrá otros con diferente intención: lanzar a miem­bros del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, a candidaturas de elección po­pular. Por ahora nada es definitivo, como advir­tió el Presidente la semana pasada, salvo Alfon­so Durazo, secretario de Seguridad, que para no­viembre deberá estar iniciando formalmente su campaña para gobernador de Sonora.

Los ajustes al gabinete y el anuncio de Ló­pez Obrador que más vendrán, fue lo que sobre­salió en el casillero electoral, pero no es lo más importante desde el punto de vista de estrate­gia electoral. Lo trascendente es la forma como el Presidente reorganizó a su equipo para con­ciliar de manera absolutamente integrada los programas sociales, a las necesidades que tiene para no perder la mayoría absoluta el próximo año en las elecciones intermedias federales. Si López Obrador quiere consolidar sus cambios y tener una segunda parte del sexenio galopante y sin turbulencias en su marcha, la conquista de San Lázaro es fundamental.

Una pieza le faltaba para tener armado el en­granaje, era la cabeza de la Secretaría de Desa­rrollo Social, donde movió a su titular, María Luisa Albores, a la Secretaría del Medio Am­biente, y colocó en su puesto a Javier May. Al­bores tenía una formación agrarista –incluso la propuso como secretaria de la Reforma Agraria en el gabinete que armó en 2012-, y escasa expe­riencia política-electoral salvo por tres años que presidió Morena en Puebla, mucho tiempo an­tes de que el partido fuera una fuerza electoral respetable. May es otra cosa.

May es uno de los tabasqueños que han acom­pañado a López Obrador desde hace casi 30 años en sus distintos esfuerzos político-electorales. Participó en la campaña para gobernador en Ta­basco, que perdió con Roberto Madrazo, y fue uno de los que viajaron hasta la Ciudad de Méxi­co en las marchas políticas de los 90s que le die­ron presencia nacional. May pertenecía a una de las corrientes del PRD en Tabasco, cuando Ló­pez Obrador era el líder estatal del partido, que jefatureaban Octavio Romero, actual director de Pemex, y Alberto Pérez Mendoza, su amigo de juventudes y brazo derecho, que murió en 2013.

Otro tabasqueño que encabezaba una co­rriente distinta dentro del PRD en Tabasco, en tiempos de López Obrador, es Fernando Ma­yans, a quien el Presidente incorporó a su go­bierno y hace varias semanas, discretamente, lo sumó a la construcción de la estrategia elec­toral. Mayans fue senador durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, sucediendo a Rosalin­da López, miembro de aquella facción y actual esposa del gobernador de Chiapas, quien está en la Administración General de Auditoría Fis­cal del SAT. Su hermano Adán Augusto, que es­taba en esa misma corriente del PRD, es gober­nador de Tabasco.

Mayans trabaja con Gabriel García Hernán­dez, que ocupa el cargo de coordinador general de Programas para el Desarrollo, y es el respon­sable de los delegados federales, cuyo diseño es que sean ellos quienes controlen los recursos del gobierno federal y los distribuyan de acuerdo con las instrucciones que llegan de Palacio Nacional. García Hernández, quien hizo el padrón de Mo­rena y está realizando el de los beneficiados de programas sociales, tiene una oficina contigua a la del Presidente en Palacio Nacional, y enor­me poder para evitar que recursos presupuesta­les necesarios para mantener y conseguir votos, se interrumpan.

García Hernández trabaja estrechamente con una persona que pocos fuera de los círculos de poder de López Obrador han escuchado ha­blar, Baldemar Hernández, un politólogo cate­drático de la Universidad de Tabasco, amigo de López Obrador desde hace 40 años, que mane­jó los recursos financieros de la Secretaría del Bienestar hasta julio pasado, cuando fue nom­brado director general de la Financiera Nacio­nal de Desarrollo Agropecuario, Rural, Fores­tal y Pesquero.

Hernández es una de las pocas personas a las que López Obrador escucha, y uno quien, dentro del círculo más confiable del Presidente, llega a persuadirlo sobre qué acciones tomar. La mecá­nica de trabajo con García Hernández es que se encarga de hacer que los recursos que les da la Secretaría de Hacienda, se distribuya en donde le interesa al Presidente, a partir de cuáles son las secciones electorales y los distritos a donde deben llegar los programas sociales, que le indi­ca el consejero presidencial.

En el núcleo duro de López Obrador no pue­de omitirse a Alejandro Esquer, su poderoso se­cretario particular. Esquer fue secretario parti­cular de López Obrador cuando era líder nacio­nal del PRD y como sustituto de René Bejarano, en la jefatura de Gobierno de la Ciudad de Mé­xico. Fue el responsable máximo de la organiza­ción de la toma de posesión y quien decidió quién y en dónde, por ejemplo, se sentaban los invita­dos a Palacio. Él decidió, por ejemplo, que Leti­zia, la Reina de España, no podría estar junto a su esposo en Palacio Nacional y tendría que ir­se a la galería –para abrir espacio a los lugares pedidos por Estados Unidos-, que provocó que cancelara su viaje a México.

Esquer es sonorense, pero como García Her­nández, originario de la Ciudad de México, ha sido parte de ese núcleo de poder tabasqueño que es para López Obrador una zona de confort y seguridad, y que han caminado, literalmente muchos de ellos, desde las marchas a la Ciudad de México en los 90s por en protesta por lo que consideró fraudes electorales y de apoyo a los tra­bajadores petroleros de La Chontalpa. Ellos for­man el corazón político de López Obrador, quie­nes están al frente de lo único a lo que verdade­ramente le dedica tiempo el Presidente todos los días y en sus giras, el micro análisis electoral del país que le permita que su proyecto sea transe­xenal. Ese camino ya lo probó con gran éxito en 2018. Lo quiere repetir en 2021.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

Etiquetas: Alfonso DurazoANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADORsecretario de SeguridadSonora

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