Roberto Antonio Velázquez Nieto y Gabriela Cabrera Herbert
Los cuadros y lo más selecto de las elites del poder en Mexico han realizado sus estudios de posgrado en las Universidades del vecino país del norte, como la maestra y ex diputada y quien le entregó la banda presidencial a la Presidenta de Mexico Claudia Sheinbaum, de ideología izquierdista, Ifigenia Martínez la primera mujer mexicana que hizo sus estudios de Maestría en la Universidad de Harvard.
A partir de la década de los ochenta se inicia un proceso de recomposición en Mexico de las élites políticas que acompaña y se entrevera con la transformación de un modelo de desarrollo proteccionista y nacionalista, centrado en el Estado, a un modelo de corte neoliberal y aperturista, centrado en el mercado. Teniendo a su máximo exponente al tecnócrata ex – presidente de Mexico doctor en economía por la Universidad de Harvard Carlos Salinas de Gortari quien durante su administración se negoció y se aprobó el Tratado de Libre Comercio en 1994.
También la estudiante Claudia Sheinbaum realizó sus estudios de doctorado en la Universidad de Stanford y Berkeley y se manifestó en contra del TLC.
Ahora no aprobó la presidenta Claudia que en la celebración de un lobby en el Wasserstein Hall de la facultad de derecho de la Universidad de Harvard, que es la numero uno de las Escuelas de Derecho en los Estados Unidos de America y con mas prestigio en el mundo, se burlarán cuando el Ministro de la Suprema Corte, Alfredo Gutierrez Ortiz Mena señaló cuáles son los requisitos para aspirar a ocupar una de las sillas en el máximo Tribunal Constitucional. “Nadie se burla de los mexicanos y las mexicanas”, estalló molesta Sheinbaum. “El pueblo de México tomo una decisión.”
Indignada, demandó que la Escuela de Derecho de Harvard hiciera una investigación sobre la corrupción que hay en el Pode Judicial mexicano, aunque quienes se burlaron fueron los alumnos no la institución. Y seguir con el sofisma, de que la elección de Jueces por el voto popular existe en Estados Unidos cuando en la praxis jurídica, ningún Magistrado o juez federal es electo por ese modelo, menos aún un Ministro de la Suprema Corte.
El enojo de la mandamás de palacio nacional es porque la Jueza Nancy Juárez Salas le ordenó a la Presidenta, eliminar la promulgación de la ley que reforma el Poder Judicial del Diario Oficial de la Federación. Fue una suspensión definitiva, porque el primero que emitió, el 12 de septiembre lo ignoró, López Obrador.
Claudia, se negó el viernes a acatar el mandato de la Jueza, incurriendo en desacato Esta medida viniendo de la primera titular del Pode Ejecutivo de la federación, fue muy criticada, como dirían en todas las Escuelas de derecho en la Unión America y los términos del “American Law” fija un pésimo precedente y ejemplo en la sociedad mexicana. Ahora imaginemos que los mexicanos no quieran cumplir una orden judicial.
Ahora pretenden cancelarle a la Corte sus atribuciones para que no pueda tocar la reforma judicial ni los amparos. Esta iniciativa que también afecta a la sociedad civi mexicana, a contrario sensu a lo que denuncia Sheinbaum, nos esta llevando a un país sin certidumbre y estado de derecho.
Así como en la Escuela de Derecho de Harvard, en otras facultades del vecino país del norte se están llevando a cabo lobby, o foros sobre la reforma judicial y el futuro del T-EMEC.y pareciera ser que están desconcertados, ante los mensajes contradictorios que está enviando Claudia. Hace unos días señaló ante empresarios que no tenían que preocuparse porque la certidumbre jurídica está garantizada. Nosotros pensamos, que la Presidenta no está teniendo una asesoría adecuada en materia de la reforma judicial, como el constitucionalista queretano Ministro Presidente en retiro de la Corte entre otros que sustenta sus posiciones en una ideología jurídica de izquierda cuando antes de estar en el régimen pensaban todo lo contrario. Así como otros asesores. Claudia una política de izquierda formada en la Universidad de Stanford esta muy a tiempo de corregir el rumbo, si no Mexico va hacía un estado de excepción.