Declaraciones, noticias, promesas, acusaciones, protestas, nuevas leyes y acuerdos internacionales es lo que resume el Día Mundial del Medio Ambiente, que desde hace bastantes años se celebra el 5 de junio. Pero el tiempo, que tenemos para revertir los tres retos principales: el cambio climático, el declive de la biodiversidad y la escases de agua, es demasiado corto para continuar sólo hablando y hacer muy poco.
Si bien hay evidencia de muchos proyectos sociales ambientales y pequeños esfuerzos de cambio por las empresas, así como de ciertos incrementos presupuestales de los gobiernos, la conclusión a todas luces es que eso es insuficiente. Lo que se necesita es un mayor orden de magnitud para lograr la transformación, aunque la pregunta es ¿tenemos el tiempo suficiente para ello? o será, al final de cuentas, el colapso global lo que nos obligue a cambiar drásticamente.
Aún no tenemos una evidencia de algún país o región que haya cambiado o mejor dicho, revirado esos tres retos que mencionamos, pero lo que sí está documentado en la historia humana es la caída o colapso de civilizaciones (por ejemplo, la civilización Maya), los grandes eventos de la naturaleza o catástrofes antropogéncias como derrames de petróleo, la contaminación marina por plásticos, el proceso acelerado de extinción de especies, y muchos otros hechos.
¿Qué deberíamos esperar? Que emerja la conciencia, para cambiar, hacer bien las cosas, revertir la economía del consumo, dejar de contaminar, y consumir menos energía, ¿Qué, cuándo y cómo? Contrario a lo que usted y yo pensemos propositivamente, pareciera, que la gran mayoría de personas, tal como sucedió con la pandemia, voltearán a ver, se detendrán y actuaran cuando tengan en la puerta de su casa o de su vida, el problema y no haya vuelta atrás.
Celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente, hoy más que ayer, es llamar a la acción, es poner manos a la obra, es levantar la voz, es parar todas aquellas actividades, obras, programas o proyectos que indiscutiblemente puedan dañar a la biodiversidad, aumentar las emisiones de efecto invernadero, o que desperdicien o contaminen el agua en grandes cantidades.
Las cifras al desnudo son las siguientes:
-La extracción de recursos ha aumentado más del triple desde 1970 con un incremento del 45 % en el uso de combustibles fósiles.
-La extracción y el procesamiento de los materiales, los combustibles y la comida son responsables de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales totales y de más del 90 % de la pérdida de biodiversidad y el estrés hídrico.
-Si la población mundial continúa creciendo como se prevé y alcanza los 9600 millones en 2050, podríamos necesitar el equivalente a casi tres planetas para disponer de los recursos naturales que harían falta para sostener el estilo de vida actual.
-En países de alto ingreso, la huella material per cápita, es decir, la cantidad de materias primas necesarias para satisfacer nuestras necesidades, es más de diez veces mayor que en países de bajo ingreso. Además, el Grupo de los 20 (G20) es responsable del 78 % de emisiones de gases de efecto invernadero mundiales.
Si aún piensas que tenemos mucho tiempo para actuar, es posible que te alcance el destino. Ahora cada minuto cuenta en serio.