México es el líder entre los países de América Latina con las empresas familiares más grandes, según un estudio del Banco Mundial (BM).
Las empresas familiares aportan como mínimo 90 por ciento de los ingresos del segmento empresarial en México, según las “Perspectivas Económicas de América Latina y el Caribe 2024”.
En América Latina, en promedio, 22 por ciento de las corporaciones que cotizan en bolsa y 28 por ciento de las grandes empresas (entre 100 y 5 mil empleados) son de propiedad familiar.
Para el BM, la situación no es tan positiva porque estas empresas ejercen un poder económico e influyen en el diseño de políticas públicas.
“Si un gobierno cree que una regulación o política llevará al sector empresarial a recortar sus inversiones, perjudicando el crecimiento económico y la generación de empleo, podría revocar la medida”, dijo.
Enfatizó la importancia que tienen los organismos reguladores de competencia para evitar que estas empresas caigan en malas prácticas y ejerzan su poder de mercado.
“La ausencia de organismos de competencia eficaces está relacionada con la manera en que el poder empresarial se concentra en la región.
“Un buen ejemplo de esto es el sector de las telecomunicaciones en México, donde la concentración y la fijación oligopólica de precios están muy bien documentadas”, destacó el organismo internacional.
En un principio, ni la agencia de competencia ni el regulador sectorial pudieron controlar el poder de monopolio se encuentran entre las 50 compañía más grandes y la amenaza de fuga de capitales o de desinversión aumenta la influencia empresarial en el diseño de políticas.
En este sentido, añadió que las reacciones al comportamiento empresarial a menudo son anticipadas, pues los gobiernos abandonan propuestas de política por miedo a que terminen en desinversiones, incluso antes de ser adoptadas.
“Los líderes empresariales se aprovechan de este poder cuando afirman que ciertas políticas provocarán desinversiones. Es más probable que los gobiernos se preocupen por una reducción de las inversiones empresariales si se acercan elecciones o si el desempleo es elevado”, advirtió el organismo empresarial.
Y ejemplificó con los casos de Telmex y las televisoras.
“Telmex y las demás empresas gigantes de la industria de las telecomunicaciones son conocidas como “poderes fácticos”, jugadores poderosos capaces de diluir o evadir los controles a través de su interferencia sobre los tres poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial. La élite de las telecomunicaciones y los medios ha acudido al lobby sistemático en busca leyes favorables y ha utilizado el sistema judicial mexicano para obstaculizar a los reguladores”, afirmó.