El 25 de noviembre se enmarca en la histórica lucha del movimiento feminista como un día en el que conmemoramos la digna rabia de las hermanas Mirabal, las dominicanas que apunta de palabras, reuniones secretas e incluso colecta de armas para la revolución, le hicieron frente al dictador Trujillo. Las mariposas Mirabal son un símbolo de inspiración y resistencia para quienes seguimos en la brega por la justicia, para las que existimos y para las que vienen.
Arribamos a un 25N más, con el orgullo de portar nuestra bandera violeta, con la certidumbre de la dignidad cumplida, con la bravura de ver a las Mirabal con la frente en alto para decirles que existe quien continúe nombrándolas como las heroínas que son y siguiendo su legado de rebeldía.
Tomar las calles, las aulas, los tribunales, el espacio público resulta necesario, las niñas y mujeres permanecemos viviendo en desigualdad frente a los hombres en todos los ámbitos en los que nos desarrollamos y coexistimos con ellos. Somos el objetivo principal de la violencia sistémica, machista y misógina que a diario nos arrebata a 11 de las nuestras en este país. Por donde sea que lo observemos, el escenario es adverso para las mujeres, el camino ha sido largo, desgastante y en muchas ocasiones se ha convertido en un vaivén en donde pareciera que por fin logramos avanzar dos pasos pero luego retrocedemos tres.
Existen diversos focos rojos que debemos atender con urgencia en Querétaro, considero que el principal problema es la violencia sexual que sufren a diario las niñas y mujeres, de acuerdo con las estadisticas de egresos hospitalarios de la Secretaría de Salud, nuestro estado se situó en el número 1 con más niñas hospitalizadas después de una agresión sexual. Esta información lastima es cierto, pero nos debe indignar profundamente para llegar a la digna acción, son niñas que deberían estar gozando de una vida libre, feliz y armoniosa. Leer estas cifras nos deja claro que no estamos previniendo la violencia ni cuando se trata de las más pequeñas.
En este mismo sentido han se divisa lejos la meta cuando hablamos de sancionar las violencias cometidas contra nosotras, nuestros procesos jurídicos parecen caminar más lento que una tortuga, la justicia no es pronta ni es expedita cuando de mujeres se trata. Urge reformar el sistema para beneficio de las víctimas que llegan a juzgados y fiscalías en busca de refugio, apoyo y protección. Del punto de la erradicación de la violencia contra niñas y mujeres, hablamos después de atender los dos principales pilares mencionados con anterioridad: prevenir y sancionar.
En el marco de este 25N, personalmente celebro la reciente apertura de algunas de las instituciones para el diálogo que construye, para generar la sensibilización al interior y por abrir las puertas a la lucha que representamos. No fallen en su actuar, sean rectos y congruentes porque nuestra lucha no se vende, no se negocia ni se somete.
Resistimos como la flor al borde del abismo, los vientos han hecho fuerte nuestra raíz. Nos han quitado casi todo, casi, pero lo que no han podido arrancarnos es la llama de nuestros corazones, la fuerza de nuestra voz, la esperanza de construir un mundo mejor y el amor por nosotras, ¡sigamos caminando y haciendo historia juntas!, porque libres y vivas nos queremos.