Las cuentas ecológicas presentan el valor económico del impacto al medio ambiente y los recursos naturales derivado de las actividades económicas en referencia al Producto Interno Bruto, así como el monto erogado para la protección del medio ambiente.
Así es que empecemos por decir que dichas cuentas ecológicas que publica el INEGI corresponden al año 2022.
En este sentido se nos informa que el Producto Interno Neto Ajustado Ambientalmente, o Producto Interno Neto Ecológico (PINE), alcanzó un monto equivalente a 22.3 billones de pesos y representó 75.7 % del PIB a precios de mercado. Los sectores que más contribuyeron al PINE fueron Comercio y otros servicios, así como Industrias manufactureras.
Mientras que “En 2022, los costos totales por agotamiento y degradación ambiental (CTADA) ascendieron a 1.2 billones de pesos corrientes, que equivalen a 4.1 % del PIB nacional. Y para el 2003, los CTADA habían representado el equivalente a 6.0 % del PIB. Por componentes, los costos por agotamiento representaron 0.5 %, mientras que los costos por degradación fueron equivalentes a 3.6 por ciento. O sea, que son mayores los costos por degradación que por agotamiento. Pero veamos como se distribuyen dichos costos: Pues durante 2022, los mayores costos ambientales fueron los relacionados con las emisiones al aire, que generan un impacto equivalente a 2.5 % del PIB; la degradación del suelo (que ascendió a la cifra de 154,194.9 millones de pesos), con 0.5 % y los residuos sólidos urbanos, con 0.4 por ciento. El resto de los componentes sumaron 0.7 % y se integraron por el agotamiento de hidrocarburos, el agotamiento de agua subterránea, las descargas de aguas residuales no tratadas y por los costos del agotamiento de recursos forestales”.
Ahora bien, por lo que respecta a los gastos por el concepto de protección, estos se situaron en “…gastos en protección ambiental total del sector público, de acuerdo con la Clasificación de Actividades Ambientales de Naciones Unidas, se distribuyeron de la siguiente manera: 23.7 % en actividades de protección del aire-ambiente y clima, 20.3 % en gestión de los recursos hídricos y 18.1 % en gestión de los residuos. El restante 37.9 % se erogó en actividades diversas, como protección y conservación de la biodiversidad, agua, suelo, gestión de recursos minerales, energéticos y acuáticos, así como en actividades transversales, como investigación y desarrollo, educación y gestión de la protección ambiental.”, no obstante, aunque el suelo es un elemento vital, en la gráfica del INEGI aparece el concepto de agua y suelo con un 0.6 %, lo cual es una cantidad muy reducida para garantizar la protección no sólo del suelo, sino también del agua (la Degradación del Suelo fue responsable de aproximadamente 3.6-4.4 billones de toneladas de emisiones de CO2 entre los años 2000 y 2009 -UNCCD, 2019-. Estudios recientes muestran que la gestión del carbono del suelo al revertir la degradación del suelo es el medio más rentable y prometedor de alto impacto para la mitigación y adaptación al cambio climático, mayor seguridad alimentaria y conservación de la biodiversidad. Por ello, y tomando en cuenta que, en México, las prácticas agrícolas, el sobrepastoreo, la deforestación, la modificación del uso de suelo y el cambio climático han llevado a la degradación de al menos 45 por ciento del territorio nacional no sería suficiente ese gasto de protección que se menciona.)
Y aunque el INEGI dice que “A nivel internacional, se puede observar que el gasto en actividades de protección ambiental como proporción del PIB es similar al de otros países como Suiza, Suecia, Austria o Dinamarca”. Tratando de decir que el porcentaje que se dedica a la protección es razonable, pues otros países (bastantes desarrollados) destinan un porcentaje similar, sin embargo, el porcentaje puede resultar similar, pero el agotamiento y degradación son muy distintos en esos países con respecto a México. Por ello, tenemos como se indica en un principio que los costos por agotamiento y degradación son de 1.2 billones de pesos corrientes, que equivalen a 4.1 % del PIB. Mientras que los gastos en protección ambiental totales del sector público ascendieron a casi 0.2 billones de pesos, lo que equivalió a 0.7 % del PIB nacional. Lo que nos indica sin duda alguna, que son mucho mayores los costos por agotamiento y degradación que lo que se invierte en la protección, pues hay una clara diferencia de 3.4% del PIB Nacional.
Más adelante, el Informe presentado como boletín de prensa, afirma lo siguiente:
“Derivado de la actividad económica y su relación con el uso de recursos naturales, el impacto ambiental mantiene un vínculo con la producción y el consumo. Sin embargo, a lo largo del tiempo, se observa una disociación o desacoplamiento entre la actividad humana (producción y consumo) y las externalidades negativas que esta ocasiona al ambiente”.
Dicha aseveración significaría que el desarrollo económico esta dejando de producir externalidades ambientales negativas, empero, el Informe no aporta mayores datos, ni tampoco lleva a cabo una explicación causal, pues simplemente, se trata de un enunciado que no se demuestra. Y quizá ello se deba a que los sectores que más contribuyeron al PINE (Producto Interno Neto Ajustado Ambientalmente, o Producto Interno Neto Ecológico) fueron comercio y otros servicios (32.6%), así como Industrias manufactureras (con 19%), y no actividades con un fuerte impacto ambiental, ya sea en los recursos naturales o bien en términos de contaminación al medio ambiente.
Ya en un artículo anterior publicado por Plaza de Armas (El Cambio Climático y su impacto Económico, 14 noviembre del 2023) señalaba que, en términos económicos, se estima que el 31% del PIB de México, se verá comprometido para 2050 debido al alto estrés hídrico que afectará la generación de bienes y servicios esenciales. Y México es uno de los cuatro países —junto con India, Egipto y Turquía—, que en conjunto representarán más de la mitad del PIB expuesto a estrés hídrico para esa fecha (Samantha Kuzma. 2023).
Asimismo, se estima que 71% del producto interno bruto (PIB) del país puede ser afectado por los impactos del cambio climático (Gobierno de México. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, 2022. Citado por Ruta Emisiones Netas Cero para México 2060, desde Sociedad Civil. 2023).
En el mismo sentido (en otro artículo publicado, Finanzas Verdes del 15 de agosto del 2023) decía lo siguiente: “En el documento de Taxonomía Sostenible de México coordinado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y dado a conocer en el presente año, se señala lo siguiente -Los análisis preliminares estiman que para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2022 a 2030, México necesita financiamiento anual entre $74 y $92 mil millones de dólares, lo que equivale a movilizar entre 6.8% y 8% del Producto Interno Bruto-
Luego entonces, ¿cómo se logrará con un reducido gasto en protección ambiental hacer frente a los retos climáticos, sin que se vea afectado el PIB nacional?