Ante la era digital, se dice que, es mejor que el libro impreso, contar con una versión digital, pues eso contribuye a mitigar el cambio climático, pues déjeme decirle lo siguiente:
El libro impreso en tanto que su materia prima principal es el papel, diremos en principio, que forma parte del ciclo del carbono (captura de CO2 de la atmósfera por la vegetación y posteriormente pasa a ser fibra natural para la elaboración del papel) y; en segundo lugar, también se integra a la cadena de valor desde las plantaciones forestales, hasta la fabricación del papel y su posterior valorización y reciclaje (el ciclo de vida del papel es un buen ejemplo de economía circular. El papel puede reciclarse hasta 5 veces).
Y según estimaciones recientes, un kilo de papel almacena 1.3 kg de CO2 (Cuyol balance es positivo), y sí a eso agregamos que se recicla y se reutiliza, entonces alargamos el periodo de almacenamiento de carbono (Aspapel, Informe Estadístico, 2008)
Por ejemplo, las emisiones de una bolsa de papel Kraft es la mitad de las emitidas por una bolsa de plástico (en una bolsa grande, es de 41 gramos de CO2 emitidas si es de papel, mientras que la de plástico son 87 gramos de CO2.)
Por ello, con el papel se gana, pues las plantaciones de árboles para su producción son sumideros de carbono que se mantienen y se reponen constantemente (además de que las especies que se prefieren, su ciclo de crecimiento es menor en relación a las especies de bosques naturales), pero, además, porque esos productos papeleros ya sean naturales, renovables y reciclables, son en esencia almacenes de carbono.
Por otra parte, ya están presentes en los mercados, las hojas de papel que integran un porcentaje de reciclable en 100%, 80, 60 y 30%, sin mencionar que existen productos de papel con certificación sustentable del manejo de plantaciones.
Pero es frecuente escuchar, que es mejor ambientalmente un libro e-book que el impreso, sin embargo, se necesita leer más de 33 e-book de 360 páginas durante su ciclo de vida del e-book para que dicha condición sea válida (el promedio de libros que leen al año en Estados Unidos y México, no supera el número de 3 libros).
Así también se recomienda hacer mayor uso de los medios en computadora, no obstante, las emisiones asociadas al correo electrónico recibido se estiman en 14 kilos de CO2, que viene equivaliendo a 70 km de recorrido en coche. O bien, tenemos las emisiones de carbono del volumen mundial de spam al año que equivalen a las emisiones emitidas al dar la vuelta al mundo en auto en 1.6 millones de veces.
Y por otra parte, la lectura de un periódico en papel tiene menor impacto que la lectura en medios digitales durante 30 minutos, y lo mismo se puede decir en cuanto a la enseñanza mediante libros de texto impresos que es menor en 10 veces al uso de medios de enseñanza electrónicos.
Bajo todas estas consideraciones habría que decir, que las bibliotecas, como los archivos son en verdad almacenes de carbono, y en el supuesto de que se retirarán, dicho papel formaría parte del ciclo de economía circular, al reciclarlo y por ende, valorizarlo, en un 100%.
Ahora bien, en términos de la jerarquía ambiental del papel diremos que lo recomendable es:
• Cualquier combinación de 90 a 100% reciclado post-consumo (Cada tonelada de papel que se recicla evita que se talen cerca de 3,14 toneladas de árboles y se consuma, alrededor de 0.5 toneladas de combustibles fósiles, además de ahorrar la mitad de agua que se requiere para su fabricación)
• Fibras procedentes de recursos alternos como de residuos agrícolas y
• Materia prima procedente de plantaciones certificadas como de manejo sustentable.
Y lo menos recomendable sería:
• Cualquier combinación de menos de 30% de reciclado post-consumo
• Uso de materia prima virgen
• Proveniente de plantaciones no certificadas
• Procedente al menos en un 90 a 100% de plantaciones forestales de alto valor de conservación o de áreas naturales protegidas.
(Instituto Sueco de Investigaciones Ambientales, 2018)
Nadie imaginaba que las bibliotecas, archivos, librerías y libros en casa y cuadernos para la escuela, son en realidad almacenes de carbono. Y que la huella o ciclo de vida de su materia prima natural, es una de las mejores que ilustran la economía circular de valorización, reciclaje y re-uso.
Todo lo anterior, resulta importante hoy en día, para identificar aquellos procesos y productos que contribuyen a mitigar el cambio climático, a fin de que como consumidores hagamos una correcta elección de ellos.
Y así también, hagamos una valoración objetiva, entre lo digital y el uso de materiales físicos, sin dejarnos llevar por la exagerada publicidad engañosa de que es mejor lo digital, pues ello, seguramente no aplica para ciertos productos físicos, como ya lo vimos en líneas anteriores.
O sea, que no sólo se trata de reducir emisiones, sino también como se almacena el CO2 por un largo periodo, y se gestiona su ciclo de vida mediante un enfoque de economía circular.
Y por otra parte, que productos tienen menores impactos ambientales negativos tanto en el medio ambiente, como en la salud.
¡Usted elije, sí plásticos y medios digitales o el uso del papel!