Roberto Antonio Velázquez Nieto
Con la caída del régimen de Porfirio Díaz y el estallido de la Revolución Mexicana , Francisco I. Madero y su esposa Sara Pérez de Madero oriunda de San Juan del Río, Querétaro, y la mujeres revolucionarias, las valientes y aguerridas adelitas o las soldaderas se subieron al tren desde 1910 hasta 1920 para hacer la revolución.
Así como la legendaria y mítica Adela Velarde, ahora la queretana Solyanetzi Gabriela Cabrera Herbert vistiendo un traje muy revolucionario del estado de Jalisco desde los acantilados de Juriquilla y abordo de la legendaria máquina 501 y sus vagones representa y rinde un homenaje a esta mujer que probablemente inspiró el corrido más famoso de la Revolución Mexicana y dio nombre a las “adelitas”, se entreteje la memoria y la leyendas. Adela Velarde encarna la esencia de un espíritu nacional, de una identidad mexicana valiente y revolucionaria.
Ella representa a las miles de mujeres anónimas que se unieron a la Revolución Mexicana a las que se conoce como “adelitas” , y que consiguieron derrotar a la dictadura de Porfirio Díaz.
El corrido de la “Adelita” , quizás el más famoso de toda la época de la revolución, se cantaba obsesivamente en los frentes y hoy se sigue escuchando.
Se sabe que “Adelita”nació en el estado de chihuahua probablemente en Ciudad Juárez, en el año de 1900, en el seno de una familia acomodada.
Siendo aún adolescente se unió a las filas de la revolución, apoyando a la Asociación Mexicana de la Cruz Blanca en labores de enfermería. Formó parte de la División del Norte del Ejército Constitucionalista, y posteriormente se incorporó al Cuerpo del Ejército del Noroeste.
El 22 de febrero de 1941, Velarde fue reconocida como “Veterana de la Revolución” por l a Secretaria de la Defensa Nacional Mexicana y, según el Museo de la Mujer , fue nombrada miembro de la Legión de Honor Mexicana.en 1962.
Al acabar la Revolución trabajo en la ciudad de Mexico como mecanógrafa en la administración de Correos. En 1965 se reencontró con un coronel que había conocido en sus años de lucha, Alfredo Villegas, con quien se casó en 1965.
Poco después la pareja se mudó a Estados Unidos, donde vivió hasta su muerte en 1971, debido a un cáncer de ovario. Sus restos yacen en el cementerio de San Felipe, del Río Texas.
Pocas han descrito el papel de las “Adelitas” de una forma mítica como la escritora Elena Poniatowska en su libro “Las Indomitas”.
“Yo te doy agua. Yo llevo las ollas y las cazuelas para hacerte tu comida. Yo te despiojó. Yo te lío tu petate. Yo te lavo tu ropa. Yo junto la leña para hacer lumbre. Yo te aceito tu fusil. Yo te prendo tu cigarrito, y si no hay tabaco, te hago uno de macuche, aquí tengo hojas de maíz. Yo cargó tu mauser y tus cartuchos. Yo cuidó de que no se mojé la pólvora.Yo te hago casa en el campo de batalla. Yo soy tu colchón de tripas. Yo tengo a tu hijo en la trinchera”.
La Adelita queretana Solyaletzi Gabriela Cabrera Herbert concuerda con la autora mexicana que afirma, no hubiera habido revolución. Muchas fueron llevadas por sus hombres, esposos, padres, o hijos, al combate como apoyo. Otras fueron obligadas a participar por la fuerza y aunque la mayoría ejercía apoyos básicos y de enfermería, algunas llegaron a tener cargos muy importantes.
Después de haber dado su sangre, sudor y lágrimas en la batalla, con el fin de la Revolución, la mayor parte de estas mujeres regresaron a los antiguos roles que la sociedad les deparaba, y sus historias se olvidaron.
Solo un puñado de nombres de “adelitas” sobrevivieron al anonimato de la historia, entre ellos el de Adela Velarde, en gran parte al corrido que lleva su nombre.
Por eso desde la máquina 501 y sus vagones enclavados en los riscos de Juriquilla la aguerrida, valiente, “adelita” Gabriela Cabrera les rinde un homenaje a la versión más edulcorada de la historia de esta canción, que se convirtió en símbolo de la revolución y responsable de que medio mundo hispanohablante no pueda escuchar la palabra “adelita” sin tararear “se fuera con otro”…..,y a todas la adelitas y soldaderas de la Revolución Mexicana y del Mexico del siglo XXI.