La Comisión Federal de Electricidad (CFE) presumió recientemente el desarrollo de sus proyectos considerados como prioritarios durante la actual Administración; sin embargo, todos ellos carecen de un procedimiento competitivo de licitación y fueron adjudicados de manera directa.
Entre sus centrales llamadas prioritarias, las de corto plazo y el gasoducto Puerta al Sureste, se habrán adjudicado contratos por más de 10 mil millones de dólares.
En el caso de las seis centrales de generación consideradas como prioritarias al inicio del sexenio, se lanzaron procesos de licitación, pero todos quedaron desiertos ante la incertidumbre de pago para los interesados, por lo que la CFE los adjudicó directamente. Las obras tienen un monto estimado de inversión de 3 mil 445 millones de dólares.
Posteriormente, la CFE adjudicó otro grupo de cinco centrales, cuya inversión estimada es de mil 735 millones de pesos.
Finalmente, la CFE anunció dos gasoductos: Puerta del Sureste y Centauro del Norte, ambos entregados a TC Energía y Grupo Carso. En el primer caso, el estimado de costo de la obra es de 4 mil 500 millones de dólares y del segundo todavía no se anuncia un monto.
Gonzalo Monroy, director general de la consultora GMEC, consideró que la falla principal de este esquema es que no se pueden obtener los mejores precios y condiciones de los proyectos por falta de competencia, lo cual genera espacios para la corrupción.
“Hemos visto ejemplos de cómo muchas de estas cosas se hacen de manera discrecional (…) el gran problema es que eso puede dar ‘carta abierta’ a espacios de corrupción donde no se sabe cuáles son las condiciones y las garantías corporativas que se tienen que dejar por eventos de incumplimiento, lo que va en contra de un país de leyes”, apuntó.
Carlos Flores, experto en temas de energía, explicó que lo importante de realizar procesos de licitación es obtener los resultados más competitivos posibles y a los menores costos.
“Lo que se busca es tener la oferta más competitiva, el costo más bajo y con las especificaciones que se solicitan; porque si se adjudican proyectos y se evitan los procesos competitivos, no tenemos la certidumbre que se haya asignado a la empresa con el precio más bajo.
“Y el otro elemento a considerar es la falta de transparencia; de ninguno de estos proyectos denominados alianzas estratégicas tenemos detalles, sólo generalidades. Es importante porque como ciudadanos -con nuestros impuestos- fondeamos a la CFE y deberíamos recibir la información de que nuestro dinero está siendo bien utilizado”, señaló.
Pero la CFE no sólo refleja deficiencias al licitar, también en el desarrollo de las obras, como lo publicó REFORMA el pasado 16 de enero.
De sus seis centrales de generación prioritarias sólo una ha podido concluir, la unidad aeroderivada de González Ortega ubicada en Baja California Norte, reconoció la misma Comisión.
El resto de sus proyectos prioritarios apenas muestran un avance entre 61 y 73 por ciento.
Por lo que expertos consultados descartaron que esos proyectos prioritarios puedan iniciar operaciones en este sexenio, ya que aún faltan pruebas operativas y su interconexión al sistema eléctrico.