Mario Arturo Ramos
En el sexenio de Enrique Burgos, José Manuel García, -en esos ayeres diputado federal- invitó al que esto escribe a trabajar en el Salón Verde de la H. Cámara de Diputados, de San Lázaro, con la Cantata Queretana /Querétaro, con motivo de una muestra gastronómica, artesanal etc. etc. que coordinaba la Secretaría de Turismo del Estado. Para la presentación invité a Yolanda Santacruz Gasca, viuda del músico/poeta, Agustín Lara, como la obra con música de Jesús Monarrez reunía a un guitarrista y orquestador esplendido, Marco Antonio Morell “quien había realizado los arreglos a la obra”, Fernando González como segunda guitarra, Rolando Barrón en las percusiones, a los bailarines Javier Amado y Lourdes de Cervantes, al cantante León Gerardo Caballero y al que escribe como presentador /“merolico”, tuvimos que llegar temprano al ensayo y a la prueba de sonido, obvió, me tocó ser testigo de cómo se iban poblando poco a poco las butacasdel salón con los invitados oficiales, los míos y las autoridades. De pronto vi a la Yiyi con vestido blanco y su cabellera rubia ocupar con elegancia el asiento que le había reservado. |
En una de mis intervenciones, expliqué que me llenaba de orgullo su presencia entre los asistentes, ya que con ella había compartido diferentes vivencias enriquecedoras y que junto con Juan Arvizu, Tehua, el compositor de música de cine, Francisco Domínguez- por haber transcurrido su infancia en Morelia y sus estudios en el Conservatoria de las Rosas se le considera de origen michoacano- los reconocía como la cúspide de la canción popular queretana. Solicité un aplauso para ella, el cual le fue otorgado sin regateos. Quizá debí contar su impresionante historial como promotora, difusora, y mecenas de compositores cubanos y mexicanos que se agrupaban en su casa de Francisco Sosa n Coyoacán, recibiendo de manera generosa apoyo y protección solidaria- ¡claro me incluyo!
El pasado domingo 26 de febrero, recibí la noticia del fallecimiento de Yolanda. En mi memoria fluyeron los recuerdos y las anécdotas con la Gasca; su amor a la Cañada, población donde nació a mediados de los años treinta del siglo XX; su pasión por Agustín y sus canciones, Contaba… que trabajando en teatro Politeama, en el ballet de Chelo la Rue, una noche el veracruzano, mexicano, universal que figuraba como la estrella principal, preguntó ¿cómo se va a su casa, güerita, n taxi o en camión urbano, la llevo? dijo galante el Flaco de Oro, ¡no! contesto la queretana, mi madre se enojaría. Al día siguiente al terminar la función, “Verduguillo” secretario de Lara, le comentó, señorita las llaves de este auto se lo manda el maestro, ¿cuál auto? preguntó la aludida, el Cadillar que está en la puerta dijo el “secre”. La Yiyi amó al músico/poeta, con el procreó a Gerardo Agustín Lara Santacruz el primogénito de su unión
¿Cómo olvidar las escapadas a mi ciudad natal con Lourdes y el Paris (mi segundo hijo)? ¿Los viajes a EE.UU para defender su patrimonio autoral ante usuarios y cesionarios; su incesante lucha para crear en Boca de Río, Veracruz el Museo “La casita blanca” en homenaje al inmortal?¿Cómo no recordar que estando a su lado, en el hotel Presidentes de La Habana, recibí la infausta noticia de la muerte de mi tía Lola? Todavía tengo a flor de piel un cumpleaños casero – debería de no celebrarlos, ya tengo tantos- en donde la música tenía al timón a Cesar Portillo de la Luz, Federico Víctor, Jesús Monárrez, y de pronto llego a la fiesta otro invitado desde Queretaland, el periodista Sergio Arturo Venegas Alarcón y acompañantes, la noche fue completa, disfrute la identidad queretana en pleno, junto a la caribeña y la del Pacífico. La Gasca reluciente aportó una botella de ron- me encanta el ron-, aunque ahora como las mujeres de la Quinta Avenida de Tablada, está cerca de mí y lejos de mi vida. En el año 2000, se cumplieron los Cien años de la veracruzaniad de Lara, con este motivo publiqué con Editorial Océano el cancionero: “Cien años, cien canciones” en él compilo – a mi juicio- lo mejor del “rumbero jarocho”, hay fotos del archivo personal de la hija de la Cañada y el volumen por lógica se lo dedico a ella ese año invitado por el patrono que presidía dicté una conferencia en el Museo Agustín Lara sobre su poesía cancioneril; lo hice con el mismo afecto con el que presenté el libro: “ Un poco de vida”, publicado por el IVEC, en el Centro Veracruzano de la Ciudad de México, ejemplar que reúne las cartas amorosas de Lara a la Yiyi-
Entonces a ocho días de su partida, escribo este texto en las Costas del Golfo de California, un domingo después de su fallecimiento, todavía saboreo el primer encuentro con la Gasca. Era una tarde de enero de 1983, la Asamblea del gremio de compositores mexicanos era álgida, tratábamos de correr a un compositor quintanarroense creador de “Tú eres mi destino” que nos había convertido en su destino durante treinta largos años, de pronto se acercó hasta mi lugar, una mujer de mediana edad, dijo con acento duro yo también soy queretana y te apoyo en la lucha. Al término de la reunión societaria la busqué no la pude encontrar, algunos años más tarde discutía con el abogado del nuevo dueño del gremio, la falta de justicia y libertad de los creadores de música mexicanos, una mujer observaba sin hacer comentarios, al final de la acalorada discusión me fui a casa, a las pocas semanas recibí una invitación para ir a un comedero de mariscos en Av. Universidad de Chilangolandia, era de la Yiyi, acepté de buen grado. Mientras degustábamos los platillos porteños externó: “Te quiero pedir una disculpa, con la vehemencia que te expresabas, le dije al líder que eran peligrosas tus ideas de izquierda, por lo tanto te lo tenía que decir”, me conquistó su franqueza y ahí nació una amistad de 33 años, a veces interrumpida por desacuerdos razonables, duradera por cariño y respeto. En la última etapa de mis luchas gremiales por el respeto a la libertad de expresión, la justicia en la distribución de las regalías, la necesidad de democracia, siempre la encontré hombro con hombro. Ya pasó una semana sin ella, recuerdo sus canciones con música de una compositora cubana, su afecto, su mal humor, su risa cristalina, su sentido solidario, y así recordaré siempre a la Yiyi, una mujer queretana excepcional.
Con ella conoció España
A la queretana Yolanda Santacruz Gasca “Yiyí” la viuda oficial de Agustín Lara, dueña de sus derechos de autor, le compuso el músico algunas de sus canciones emblemáticas, como la ranchera “Aquél amor”, “Tus ojitos” y “Estoy pensando en ti”.
Fue tan importante en la vida del rumbero, jarocho, trovador de veras, que con ella conoció España en 1954, cuando ya había escrito Madrid y otras obras emblemáticas sobre la made patria. Yiyí lo acompañó a los homenajes que le rindieron los españoles.
Yolanda, originaria, era hija del jefe de la estación del ferrocarril de Viborillas y vivió nueve años con Agustín Lara, que tuvo otras mujeres, pero nunca se divorció de él. La Sociedad de Autores y Compositores, el Gobierno de Veracruz y el pueblo de Tlacotalpan la reconoció siempre como la viuda de Lara. (SAVA)