Para quienes viven desolados, suponiendo que el obradorato llegó para quedarse, subí a mis redes la interesante plática del eminente analista político Alfonso Zárate en el programa de José Cárdenas, la semana pasada. A continuación, un extracto:
Sostuvo Zárate que la “enorme concentración de poder que ha logrado la 4T parecería anticipar una hegemonía añosa”; que “hay datos que podrían acortar su permanencia”. Expuso como hechos más relevantes:
1) “Que la clase política morenista no tiene vida propia, que depende de lo que decida su fundador, Andrés Manuel López Obrador, y hay que tener presente que López Obrador rebasa los 70 años, que ha sufrido dos infartos y que enfrenta diversas enfermedades crónicas”.
2) “Que Andrés Manuel no es un dirigente institucional sino un caudillo. Octavio Paz decía que los presidentes mexicanos eran dictadores constitucionales pero no caudillos. En contraste, el caudillo es el hombre que está más allá de la ley, que crea la ley… Y eso es López Obrador; y entonces, la pregunta es: ¿Si desapareciera Andrés Manuel quién conduciría a esa mixtura de intereses, facciones y egos, que exhibe la clase política obradorista; y un primer impulso de los cabecillas de los distintos grupos será apropiarse del partido- movimiento y, con ello, de las cuotas de poder y de su jugoso presupuesto”.
3) “En el momento actual ninguno de los cabecillas tiene con qué. Los más visibles ya sabemos: Adán Augusto, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña, son políticos menores, trepadores sin escrúpulos o personajes de la farándula; y su heredero natural, que es Andrés Manuel López Beltrán, tiene como único capital político llevar el nombre de su padre”.
El maestro Zárate también aludió al saqueo de recursos públicos, a la necesidad del actual gobierno de mantener los programas sociales para la supervivencia del régimen, quitándole recursos a educación, salud e infraestructura; que tendrá que recurrir a mayor endeudamiento. Habló de Trump, la migración y las remesas, de la difusión de expedientes de prominentes cuatroteros vinculados al crimen organizado y de los políticos comprados para lograr la mayoría calificada.
Remató: “Quienes observan con agobio lo que parece una larga permanencia de la 4T hay que decirles que ese no es el único escenario posible, y que son muchas las condiciones que pueden interrumpir este proyecto”.
Yo sostengo que la devastación nacional seguirá mientras haya quienes, por hambre o temor, se resignen a ser atropellados en sus derechos fundamentales. La supervivencia de los cuatroteros estará garantizada mientras la mayoría de los mexicanos asuman que esa pandilla envalentonada es invencible, pues los malhechores dominan donde predomina el miedo. Las ratas no tienen linaje, y las alimañas gobiernan donde no hay ciudadanos.