No importa el resultado de las elecciones por venir. A estas alturas ya hay un hecho irremediable: el reguero de sangre en torno de las urnas ni siquiera instaladas todavía.
En las elecciones anteriores, las del 2018 también hubo graves hechos violento y criminales.
La oficina mexicana cadena Al Yazeera, cuya sede principal en Gaza acaba de ser demolida por la artillería israelita, me pidió una entrevista sobre la violencia política. No me parece un problema en sí misma –les dije–, es consecuencia de la inseguridad generalizada.
“El verdadero problema de México es la violencia. Categorizar los hechos sangrientos, clasificarlos, subdividirlos, compartimentalizarlos, es una forma de diluir la densidad de su contenido en el disolvente de la parcialidad. Lo mismo sucede con la violencia hacia las mujeres. Nos debería ocupar más el combate a la violencia contra (todos) los seres humanos sin la (a veces innecesaria) distinción sexual.”
Pero a pesar de eso la violencia hoy se expresa estacionalmente en el campo político electoral. O al menos los medios le ponen más atención y despliegue por motivos de oportunidad informativa en el marco de un tema omnipresente: las elecciones y la ineptitud de las fuerzas del orden (incluida la Guardia Nacional) en la compleja tarea de garantizar la seguridad y hacer posible la convivencia.
El problema radica en la paradójica confusión de estas tareas desde el mando central de las decisiones nacionales y hacerle creer al público mal informado aquello de los abrazos contra los balazos.
El presidente le encargó esta labor a un incapaz de tomo y lomo cuya ineptitud puede ser hasta premiada con el gobierno estatal si el voto absurdo de los sonorenses así lo determina a pesar quienes a pesar del evidente fracaso de Alfonso Durazo en materia de seguridad pública.
El improvisado Durazo fue sustituido por la todavía más impreparada Rosa Icela Rodríguez, quien confunde estajanovismo con aptitud y capacidad. Trabajar veinte horas diarias con fanática fidelidad a un líder y su proyecto, no ofrece resultados.
Por eso hoy resulta confirmador de las sospechas iniciales este episodio de las conferencias mañaneras, cuyo público no tiene a la señora Severa Realidad entre sus seguidores.
“ (La jornada).- Debido al riesgo de candidatos a puestos de elección popular de sufrir violencia política, el gobierno federal anunció la implementación de la Estrategia de Protección en Contexto Electoral. Desde que se inició el actual proceso, en septiembre pasado, se han registrado 73 crímenes políticos entre los que hay 64 víctimas de homicidio, detalló la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez Velázquez.
“Durante la presentación del plan en la conferencia de prensa en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador agregó que, además, se busca la coordinación con los gobernadores para este fin, pero aclaró que la protección de candidatos debe ser de manera voluntaria.
Esta información fue divulgada en marzo de este año. Los recientes asesinatos, secuestros, amenazas y otros actos violentos de mayor o menor gravedad demuestran el fracaso de tan rimbombante anuncio.
Y ante eso el presidente explica:
“Este es un tiempo, en efecto, difícil por las campañas, por los intereses que se generan en las regiones y tenemos que proteger a los candidatos. Hoy analizamos todo lo que se viene haciendo, hay muchos elementos protegiendo a candidatos, lo vamos a seguir realizando, se va a seguir llevando a cabo la protección de los candidatos, es lo que puedo comentarles.
“Acerca del número, ahí sí son otros los datos que tenemos. Tú hablaste de 32 candidatos.
“A ver, ¿por qué no pones la gráfica de hoy? Afortunadamente, aunque eso no importa, o sea, lo que interesa es que no haya un solo ciudadano afectado, que no haya violencia, pero sí llevamos un seguimiento porque atendemos este asunto todos los días…”
¿Atender un asunto es mero seguimiento contable?