La última semana de octubre, el nombre de Querétaro se incluyó en un informe que resume cinco años de investigación dentro de orfanatos del país, instalaciones psiquiátricas, residencias de ancianos y albergues para personas con discapacidad, revelando que el trato inhumano y degradante son prácticas comunes y numerosas equivalentes a tortura. Violencia, abuso sexual, esterilización o aborto forzado, y trata con fines laborales o el sexo es común. La investigación realizada en 55 instituciones públicas y privadas de Baja California, Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro y Yucatán, mismas que albergan a unas cuatro mil personas incluyendo niñas, niños, adolescentes y adultos, todos con algún tipo de discapacidad, encontró que en el 80% se les somete con sujeciones físicas, aislamiento y hasta con tratamientos químicos y fisiológicos como la esterilización forzada, y fue realizada y publicada por Disability Rights International, con sede en Washington, DC, organización que defiende los derechos humanos, documenta las condiciones y promueve la supervisión de los derechos de las personas con discapacidad.
Excepto en dos de ellos, el Fray Bernardino de la Ciudad de México y el Instituto Mental de Tijuana Baja California, se aceptan pacientes cuyos familiares se comprometen a regresar por ellos, en el resto les dejan indefinidamente, es decir hasta que mueran, evidenciando que en México a las personas con discapacidades no tienen derecho a tomar decisiones sobre sus propias vidas y los incapacita para presentar quejas o exigir responsabilidad cuando se abusa de ellos.
En la Casa Esperanza, de la ciudad de México y en la de El Batán de Puebla los directores aceptan que las mujeres y las niñas se esterilizan para tapar abuso sexual: “No puedo proteger a las mujeres de ser violadas por trabajadores que ingresan a las instalaciones, así que las esterilizamos.” También en El Batán informaron que al menos 98 de los aproximadamente 300 pacientes han muerto en los últimos dos años debido al «mal uso de medicamentos psicotrópicos». Sólo por poner un ejemplo de la larga lista de horrores que en otras casas incluye niños y adultos recluidos en jaulas y atados a las camas o inmovilizados con capas de vendajes de la cabeza a los pies durante al menos una hora al día.
Aunque el estudio no especifica la situación encontrada en Querétaro, tampoco lo exime de malos tratos. Asienta que el Director de la Casa Hogar San Pablo dijo: “Se quedan aquí hasta que mueren”. En todo el sistema de servicios sociales de México, la principal razón dada para el confinamiento en una institución es la falta de apoyos comunitarios y familiares que obliga a que los padres entreguen a sus hijos o ancianos y los coloquen en instituciones en donde son detenidos indefinidamente. En el 83% de las instituciones para personas con discapacidad en México, DRI consideró inadecuadas, inhumanas, y condiciones degradantes que incluyen instalaciones antihigiénicas, falta de privacidad, camas y colchones en mal estado y desnutrición, entre otros.
El deprimente estado de las tales casas hogar explica por qué hay tanto zombi en la calle, en cualquiera que sea, del centro o de la periferia o en las orillas de las peligrosas carreteras, se les ve hablando solos, peleándose con la vida, inmunes a cualquier virus, hasta al de moda. De morir aprisionados, quizá prefieran hacerlo empiojados, sí, pero mirando al sol y AL TIEMPO.