Al filo del último día, de la ya pasada legislatura, se puso a discusión en el pleno las iniciativas de Ley del Código Ambiental y la de Manejo de Residuos y Economía Circular, mismas que fueron aprobadas pero no por unanimidad, lo que nos hace recordar que es la primera vez que esto sucede.
Lo que ha venido sucediendo después de la aprobación, es una discusión en redes, que por un lado, se arguye a que no fueron lo suficientemente discutidas en parlamento abierto, en mesas de consulta y por el medio que fuere, así también encontramos las posturas que señalan que no fueron tomadas en cuenta varias propuestas ciudadanas y por otra parte, está el posicionamiento de que después de 5 años por fin se aprobó el Código Ambiental tan traído y llevado.
Hay varias cuestiones que confluyen en éste hecho singular, pues existía la urgencia de aprobar estas dos iniciativas en tanto que en todo el periodo legislativo no se había aprobado ninguna iniciativa de reforma o nueva ley, en materia ambiental, lo que a vez provocaba la pregunta ¿entonces que se hizo en todo ese tiempo de tres años?
Y por otra parte, era más conveniente contar con estas dos iniciativas aprobadas antes del inicio de la nueva administración estatal.
No está de más decir que aún existen pendientes, como el Código Urbano, la Ley estatal de Aguas, las reformas al Código Penal en materia de Delitos Ambientales, que por cierto ya había una propuesta, la reforma a la Ley de Cambio Climático en el Estado y la reforma a la Ley de Obra Pública para incorporar aspectos importantes en materia ambiental
Y aunque una Ley no es estática y por ende, se mantiene en constante cambio, me parece que el Código Ambiental, requería incorporar elementos actuales en cuanto al eje de Biodiversidad, si bien se logró rescatar lo esencial, relevante y significativo de la Ley de Biodiversidad, aun así quedaron fuera algunos aspectos relacionados con la biodiversidad urbana y su interdependencia con la cuestión climática. Otro elemento que habrá que desarrollar más en el Código Ambiental es el ruido en contextos urbanos, que no se constriñe a observar sólo los parámetros de las normas oficiales.
En lo que no hay duda es en cuanto al avance del planteamiento de economía circular que estará presente en casi todo el que hacer de las actividades económicas, y de la administración pública, por lo que dicha ley en la materia es muy oportuna y atinada.
Para concluir, déjenme manifestar, que hay dos figuras ambientales actuales, urgentes y necesarias, que empezarán por discutirse y después adoptarse en los cuerpos legales, a saber, se trata de la figura de impacto energético que deberá ser obligatorio para las nuevas y las ya existentes unidades económicas y, la otra figura, que ya existe (en el Código urbano vigente) pero que falta desglosarla y normarla más, es la manifestación de impacto urbano para los desarrollos inmobiliarios, productivos y de servicios.
El futuro inmediato que enfrentaremos nos exige contar con marcos regulatorios ambientales, para lograr un cumplimiento generalizado que mitigue los impactos negativos que nos están afectando irremediablemente, a fin de lograr caminos alternativos con menores costos ambientales.