El presidente de la República no escatima recursos e ingenio para ofrecer una imagen favorable para su pequeña terminal aérea de Santa Lucía. Cada día le agrega un mérito a su obra más querida o a una de ellas, al menos, esa a la cual los conservadores, leperos y clasistas, han bautizado con la injuriosa definición de “terminal avionera”.
Ya no se trata nada más de convencer a los potenciales usuarios de la cercanía real, en tiempo, no en distancia, de su obra aeroportuaria, sino también de desviar por decreto hacia allá toda la carga. No, ahora se trata de elevar la plusvalía y las oportunidades en torno del sitio, mediante la oferta de facilidades para la instalación de una enorme fábrica de autos eléctricos.
Hoy, como si esas cosas no hubieran sido suficientes –incluida la petición a Mr. Biden de aterrizar el Air Force One en su desolada pista–, le ofrece al señor Elon Musk, dueño de Tesla, el árido paisaje en torno del Felipe Ángeles, en lugar de los terrenos previamente seleccionados en el (también seco) estado de Nuevo León.
El pretexto de toda esta promoción de la zona del AIFA; ya se sabe, es la escasez de agua en Nuevo León, como si el estado de Hidalgo tuviera manantiales, ríos navegables, lagos y lagunas. Y no es así:
Si el presidente quiere ofrecer una zona donde hay agua, para no lesionar el consumo de los habitantes de Nuevo León, se ha equivocado al sugerir un lugar con tan tos problemas hídricos. El estado de Hidalgo es un erial.
Veamos estos datos oficiales
“La información recabada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), mediante el Monitor de Sequía de México (MSM) y el Semáforo de Alertamiento Preventivo (Semap) –2022–, son fundamentales para elaborar análisis y pronósticos climáticos que permiten desarrollar las acciones preventivas en favor de la población, de su patrimonio y de las actividades productivas.
“Así lo expresó el coordinador del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Jorge Zavala Hidalgo, al presentar un balance sobre las condiciones de sequía en el estado de Hidalgo, que de acuerdo al MSM afectó en mayor o menor medida, durante 2019, a 72 de los 84 municipios de la entidad, siendo las regiones norte y sur del estado las más aquejadas… (donde) continúan presentándose condiciones de sequía extrema en la región norte del estado, así como precipitaciones por debajo de lo normal”.
Pero la sequedad de esa zona se prueba sola. Un simple recorrido por todo el entorno, desde Ecatepec hasta los municipios circundantes de Tecámac, muestra los horribles peladeros de cerros y tierras agrietados, polvorientos y secos.
El pretexto del agua insuficiente en Nuevo León se estrella con la sequía crónica de Hidalgo.
Pero como las cosas no obedecen a un análisis realista de la viabilidad industrial de una anhelada inversión extranjera (la IED, fomenta nuestra autosuficiencia de la dependencia, claro), el presidente voltea hacia el sureste, región a la cual ha querido estimular con obras caprichosas como el devastador Tren Maya, cuyo daño ecológico jamás se compensará con la imaginaria movilidad de la península de Yucatán y la refinería de Dos Bocas, complemento de la paradoja: proponer como una alternativa viable para hacer autos eléctricos, una región estimulada con una usina gasolinera.
Ya una vez el agua fue usada como pretexto para cancelar una inversión cervecera en Baja California. Ni llegó el dinero, ni se hizo algo productivo con el agua. Ni siquiera para mejorar la distribución del consumo humano.
Ahora se aduce exactamente lo mismo y se quiere persuadir e Musk de colocar su fábrica donde le conviene al discurso presidencial y no a sus intenciones de asentarse fuera de los controles fiscales y salariales de Estados Unidos.