Al escuchar “Entrevista con el Vampiro”, muy seguramente te llegue a la mente la película de 1994 protagonizada por Tom Cruise, Brad Pitt y Kirsten Dunst, ni siquiera el libro en el que se basa, de Anne Rice, y mucho menos su remake -en forma de serie- que hace unas semanas llegó a su fin.
Dos grandes diferencias
Aunque ambas se basan, evidentemente, en el mismo material, hay diversos factores que hacen complicada una comparación lo más objetiva posible, para empezar, la película tiene ya 20 años de haberse estrenado, el mundo era diferente y la forma de hacer cine también, las técnicas, efectos especiales y hasta sus narrativas hoy en día nos pueden llegar a parecer obsoletas. Por otra parte, el tiempo de cada uno influye, por supuesto, en el material final. Mientras que la primera dura unas dos horas, la serie consta de 20 capítulos de casi una hora cada uno; es como si cada 10 minutos de la cinta se transformaran en un episodio con seis veces más tiempo para enriquecer la historia, es ahí donde surge la primer gran diferencia de las dos que abordaré.
Si bien la historia, a grandes rasgos, se basa en la relación entre los vampiros Louis y Lestat (su creador) y su forma de ver la vida misma, ambas la abordan de maneras muy distintas. En la película, Cruise ve a Pitt más como un pupilo a quien lo quiere llevar a seguir sus pasos de maldad en la oscuridad, y en la serie se busca, a través de varios capítulos tejer una relación amorosa entre ambos, que será principalmente el hilo conductor de ambas temporadas.
El reparto, sin lugar a dudas, es un detalle que tenemos que ahondar. Para 1994 parecía insuperable la tercia antes mencionada, más Antonio Banderas, que llega a mediados de la película; no me llega a la mente algún nombre que pudiera opacarlos. Ahora, en la nueva versión, Louis es interpretado por Jacob Anderson, un actor cuyo único papel que podríamos considerar “destacable” es el de Gusano Gris en “Game of Thrones”, pero que a decir verdad le queda el saco grande a la hora de llevar un protagónico y para nada logra igualar el porte, carisma y belleza de Brad Pitt. Lestat por otra parte, corre a cargo de Sam Reid, quien hay que decirlo, es quien soporta la serie y al único que se le puede creer ser vampiro.
¿Una u otra?
Sin pensarlo elijo la película, que aunque con todo y sus añitos, fue un buen material para su tiempo, y nos dio una de las grandes historias de culto del cine vampírico. La serie se preocupa más por tener un reparto muy, muy diverso y sobre explicar situaciones y relaciones, que por una historia entretenida. ¿Vale la pena verla?