El ‘nuevo modelo educativo’ aplicable a los libros de texto gratuito, supuestamente contaminados por contenidos neoliberales, será reemplazado por otros, bien avenido con la cuartoté. Ya comenté que se trata un adoctrinamiento funesto que coarta la libertad de pensamiento de niños y adolescentes. La tarea ha sido encomendada-ya lo señalé- a un filólogo doctorado en la Universidad Complutense de Madrid, aunque este mercenario no tenga la menor idea de la complejidad de nuestro país, pero halagará al pintoresco, y, al propio tiempo peligroso aprendiz del dictador como es el macuspano que a diario, por las mañanas, en Palacio Nacional, o en sus giras por el territorio profiere sus ‘verdades’.
El doctor Marx Arriaga, que ha aceptado alegremente esta labor de mercenario, tropezará sin duda con una diversidad que no imagina: las diferentes religiones que los mexicanos profesan, las enseñanzas que reciben los niños y jóvenes en el seno de la familia, la idiosincrasia de cada región. Con todo esto tropezará, el tal Arriaga. Una muralla infranqueable que impedirá el cumplimiento de una encomienda denigrante y condenada al fracaso. La diversidad cultural inocula este virus que es el adoctrinamiento.
Bien haría el filólogo en ocuparse de otros asuntos, porque ese intento de encadenar a la niñez no tiene futuro. Y es que López no se conforma con la acumulación de poder. Ahora pretende convertir a los ciudadanos del mañana en súbditos que celebren sus glorias y aplaudan cuanta necedad brote de su desquiciada cabecilla.
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Estas pretensiones alucinadas, me recuerdan a una pintura icónica del pintor Antonio Ruiz ‘El corcito’ donde vemos un desfile de niños con el mismo uniforme, metáfora perfecta de un nacionalismo de pacotilla, como el gobierno del tabasqueño. Pero aterradoramente autoritario.