Una de las mujeres más conocidas en el mundo del narcomenudeo y que operó en Querétaro a finales de los años 90as fue Cecilia Pérez Bravo mejor conocida como “La Bigotona” o “La Gorda”. Fue detenida por primera vez en el 2000, hace ya 17 años, entonces las autoridades de Querétaro aseguraban que esta mujer se había convertido en la jefa de una de las principales células del narcomenudeo que venían operando en la ciudad.
Según archivos que obran en poder del escritor, esta narcomenudista fue detenida por elementos militares y agentes de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) de la PGR en base a la orden de aprehensión 116/2002 girada por un juez federal. Luego se descubrió que Cecilia Pérez Bravo controlaba a un buen número y algunos principales distribuidores de droga en la entidad queretana y el estado de México, ello entre los años 1998 y 2002.
El 20 de julio del 2003 nuevamente es detenida esta mujer l ello en la esquina de Ángel del Campo Micros y Vicente Riva Palacio de la colonia El Tintero con 11 grapas de cocaína, un engrapadora de bolsillo, 200 pesos y 25 joyas. Luego se dijo que Cecilia era parte del Cartel del Bajío y que estaba comisionada para distribuir drogas al menudeo en Celaya y Querétaro. Cecilia Pérez había llegado a Querétaro en 1998 a operar y fundar actividades de narcomenudeo, un tiempo gozó de absoluta impunidad debido a los actos de corrupción de los tres niveles de gobierno, pues durante 5 años estuvo dedicándose al narcomenudeo en zonas como El Tintero, Los Sauces, Satélite, Carillo y El Rocío. Fueron tiempos en que también operaba en la zona el célebre narcomenudista sinaloense José Apolinar Díaz alias “El Chepe”, hoy preso en San Juan del Río.
Durante la captura final de “La Bigotona” en el 2003 se realizaron varios cateos en algunos domicilios y viviendas de Querétaro como el de José Villaurrutia No. 8 Colonia El Tintero y otro en la calle Piedras Negras No. 136 del fraccionamiento Terrazas. Se supo que junto con sus hijos –uno de los cuales es requerido por la justicia federal en el estado de Tabasco- controlaban en la ciudad alrededor de 100 narcotiendas. Operaba junto con sus hijos Juan y la esposa de éste; Josefina, además de Gonzalo y otro sujeto de apodo El “Maruchi”. Se conoció que en noviembre del 2000 estuvo a punto de ser capturada por las autoridades federales y estatales durante un operativo “antidrogas” que se montó dentro de la ciudad, pero un “pitazo” evitó su detención en la calle Gabriela No. 108 de la Ex Hacienda El Tintero.
Cecilia Pérez fue hallada culpable de la comisión del delito contra la salud en su modalidad de comercio y sentenciada por el Juez 1º de Distrito a una pena de 10 años en prisión y 100 días de multa. La sentencia fue confirmada por el Tribunal Unitario del XXII Circuito judicial en el toca penal 306/2003.
Liberan a “La Bigotona”
En un hecho por demás aberrante y ante el descontento generalizado de los diversos sectores de la sociedad que se quejaron por los niveles de corrupción a que ha llegado el poder judicial federal, Cecilia Pérez fue dejada en libertad el 7 de enero del 2004. Se dijo que la defensa de la narcotraficante logró su libertad consiguiendo acreditar que por su edad avanzada y una serie de padecimientos crónicos, ella ya no constituía ningún peligro para la sociedad, entonces se acogió a los beneficios que se otorgan a los reos federales sentenciados, mayores de 70 años. Así fue como una longeva mujer que superaba ya los 70 años logró el beneficio judicial de pasar en prisión domiciliaria debido a su edad avanzada.
POR: VOZ IMPARCIAL