“¡Ya chole! Aunque tus críticas estén sustentadas, pero ya deja de escribir sobre el Presidente”. Me dicen quienes consultan esta columna. Están aburridos y confieso que yo también. Además, tengo miedo, diría yo, terror, miembros de la 4T están solicitando que a los críticos nos apliquen una modalidad del artículo 33 y que nos salgamos del país. Francamente mi pasión por el México profundo es muy profunda, no soportaría vivir más de un mes en el extranjero sin comer enchiladas queretanas. Creo que moriría.
Entonces, ¿por qué mantengo una postura crítica? Por las siguientes razones: el Presidente conduce la agenda política y nos trae en una montaña rusa, todos los días hace una declaración o realiza una acción; todo controversial. No estamos en un tema cuando ya brincó a otro. El Presidente apuesta a que no se profundice sobre aspectos de la vida nacional, ni se forme una corriente de opinión que lo presione y lo obligue a dialogar o, en su caso, juega a que se olvide el asunto. Algo que, por supuesto no lo podemos permitir. Bien dice Milan Kundera; “La lucha contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido”.
El Presidente inició su texto del primero de Septiembre en lo que, sin duda, fue el gran estímulo para que los ciudadanos le otorgaran masivamente su voto: la lucha contra la corrupción. La estrategia era todo un éxito y la cereza en el pastel fue la extradición de Emilio Lozoya. El Presidentese regodeaba divulgando las denuncias a altos funcionarios, inclusivo sacaba sus fotografías, sólo faltó que cada imagen la exhibiera una curvilínea y escasamente vestida joven, de las que anuncian los rounds en el box. Se queja ba que los medios no le estaban dando la suficiente cobertura, pero anunciaba nuevas revelaciones. El escándalo se elevaba, pero de pronto la pasta y el royal se desplomaron, aparecieron imágenes de su hermano Pío recibiendo subrepticiamente dinero. La defensa del Presidente fue peor, no es corrupción, son “aportaciones”. Por cierto, propongo que Pío compre los boletos que no se vendieron de la rifa del avión. En la media de que hay posibilidades de que existan más videos el Presidente ha quedado mudo respecto a Lozoya, no es para menos, su bandera de la lucha contra la corrupción tiene un inmenso agujero. Es un proyecto digamos “sastre”, se persigue a los corruptos a la medida de sus revanchas políticas. Cíclicamente aparecen nuevas acusaciones contra su familia política involucrada en desfalcos. A la encuesta de que si se juzga a los ex presidentes propongo que se agregue otra pregunta: “¿Está de acuerdo que se investigue a los familiares del Presidente en turno por la comisión de presuntos delitos?” A ver quién cierra la puerta.
Después de la lectura del Informe los reporteros de la fuente presidencial afirmaron: “No hubo nota”. Estoy en descuerdo con ellos, sí la hubo y trágica. El Presidente afirmó:“Hay, algunos críticos que piden que se gobierne en sentido distinto, que prescindamos de nuestro ideario y de nuestro proyecto… Y eso no va a ocurrir”. La economía, la salud y la seguridad son eriales. El país se derrumba y el Presidente afirma que seguirá más de lo mismo. Diría mi abuelita; “Dios nos agarre confesados”.