El drama de llegar al poder para no poder; el poder en toda su impotencia. Ese mensaje enviaba el semblante de López Obrador al leer la mañanera del primero de septiembre. Sus mentiras son del tamaño de una pirámide, su optimismo absurdo, a tal punto que, como alguien escribió, ojalá que el Presidente nos invite al México donde vive, porque ese no es el que conocemos en la realidad, no es congruente ni con los datos de su gobierno.
“Estamos avanzado en el combate a la delincuencia”. Falso. Las carpetas de investigación por delitos aumentaron en el 2020 en un 37 por ciento comparado con Fox; en un 23 por ciento con Calderón y un 16 por ciento con Peña Nieto. “Hay menos feminicidios”. Mentira. Su información no coincide ni con las cifras oficiales, que reportaron 566 de enero a julio de este año, un aumento del 5 por ciento con respecto a 2019. Algunas organizaciones feministas afirman que el incremento es de 7.9%. “Ya no hay torturas ni masacres”. Sólo dos ejemplos. Le Baron le recordó que, en el año que informa, tres mujeres y seis niños de su familia fueron masacrados. Hace unos días acribillaron a siete en Cuernavaca. Dijo; “Se respetan los derechos humanos”. En un video se escucha la voz de un militar, ante una señal de vida, afirma: “Remátalo”.
El PIB caerá por dos años consecutivos, el 10% en 2020. El CONEVAL afirma que el número de personas en situación de pobreza se incrementará con 10 millones. El Presidente dice que la crisis económica será transitoria, la recuperación será rápida como una ‘V’. Difiere el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, que considera que hacia el 2021 viene lo peor. La revista The Economist proyecta que será hasta 2025, que la economía mexicana recupere los niveles de producción y dinamismo que alcanzó en 2018. El Presidente miente otra vez, la recuperación no será en “V”, sino en “U” mayúscula. Nos quedaremos un buen lapso columpiándonos en el fondo.
Soflamero el Presidente dice: “En el peor momento contamos con el mejor gobierno”. El Presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, está en desacuerdo: “Tenemos el peor gobierno en el peor momento”. Personalmente considero que, como cualquier gobierno, tiene sus claroscuros, la diferencia es que en el caso de la 4T son especialmente contrastantes, Veamos: Se han hecho cambios importantes en las leyes, las instituciones y en las prácticas políticas. Su líder, López Obrador, es astuto, desafiante y con vocación social, ha impulsado significativos programas en beneficio de las clases más necesitadas.
Lamentablemente es un gobierno inepto, dividido internamente; contradictorio y con graves sospechas de corrupción. El Presidente es ignorante, mentiroso, megalómano y centralista; tiene alergia a la conciliación y a los acuerdos con otros factores sociales de poder; es obcecado, está blindado a la crítica y no conoce la autocrítica. Sus resentimientos, complejos y deseos de venganza los proyecta creando una peligrosa polarización de la opinión pública. Ha hundido al país en la peor crisis de su historia.