No hay idilio más intenso que el que mantiene Cristiano Ronaldo con laChampions. Meses de ensueño los que está viviendo el luso, engatusada la pelota y enamorado el gol. No faltó a su cita en el Allianz Stadium, mudo ante la puntería de un delantero colosal. En tres minutos ya había dejado su sello en Turín. A la hora de juego, dibujaba otro lienzo descomunal. El camino hacia las semifinales estaba despejado para el Madrid.
Nada pudo hacer la Juventus ante la eficacia de un rival enganchado a la Champions como una lapa. Crecido siempre en Europa, independientemente de su rendimiento doméstico. El equipo de Zidane conquistó Turín con una facilidad tan pasmosa como alarmante para el resto de sus rivales, embalados hacia la tercera Orejona consecutiva los blancos.
No es un cualquiera la Juventus, ni en Italia ni en Europa, capaz de sobreponerse a los golpes más duros. Incluso a ser descendida en los despachos. Se levantó rápida de la lona la Vecchia Signora, intentando digerir el tempranero gol del Real Madrid. Se le complicaba la noche al equipo de Allegri, al que las pesadillas de la final de Cardiff se le volvían a aparecer a las primeras de cambio.
Encomiable la reacción de la Juve, a pesar de la baja de Pjanic, la pieza que logra que todo el engranaje blanquinegro funcione a la perfección. Hizo lo que pudo Bentancur en su lugar, pero a su despliegue físico le faltó algo más de clarividencia con el balón en los pies. De eso le sobra al bosnio, para desgracia de la Juve.
En plena avalancha local, un dominio que tampoco parecía incomodar al Madrid, siempre listo para lanzar una contra letal, emergió de nuevo la figura de Keylor Navas. El portero blanco siempre aparece en los momentos importantes, ajeno a las críticas y a los faxes defectuosos. Lo hizo también en el Allianz, sacando la mano derecha ante un remate deHiguaín que media Europa cantó como gol.
El Madrid gobernaba el marcador pero no el juego. Tampoco le hace falta a un equipo que ha hecho de la pegada una bandera. Kroos destrozó el balón desde la frontal y el larguero repelió su disparo con violencia. Apenas dos llegadas habían bastado a los de Zidane para marcar un gol y toparse con la madera. Botín inmejorable el suyo mientras la Juve se iba al descanso peleada con Çakir por unas manos de Casemiro y una caía de Dybaladentro del área. Un penalti de libro y una piscina de enciclopedia. Al Madrid siempre le sale cara.
La Juve reclamó penalti por unas manos de Casemiro. Çakir miró hacia otro lado
Obligada a dar un paso al frente para mantener viva la esperanza, la Juventus puso una marcha más en la presión. Se trataba de incomodar a los blancos, de forzar algún error que se transformara en el empate. Pero Higuaín no tenía el día, tomando siempre la decisión errónea. También le costaba a Dybala, que dejaba entrever mucho pero confirmaba poco.
El dominio de la Juve lo trituró el Madrid en un minuto con la facilidad que un tanque aplasta una margarita. Un malentendido entre Buffon y Chiellini acabó con una pirueta de Cristiano plasmada en un golazo de chilena. El Allianz Stadium le reconoció el mérito al luso con una sonora y merecida ovación. Segundos después, Dybala veía la segunda amarilla y borraba definitivamente las semifinales del diccionario de la Juve. Esa ronda está reservada para el Madrid.
Casi a placer, Marcelo redondeó una nueva noche gloriosa de los blancos en Europa anotando el tercero. Demasiados golpes había recibido la Juventus como para recuperar el aliento, entregada de nuevo la toalla ante el Madrid. Como en Cardiff. Imposible imaginar una remontada en el Bernabeu la próxima semana. Apenas tres pasos separan al Madrid de Kiev.
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