Cuatro son los Herodes consignados en la escritura. Herodes Agripa; Agripa II (hijo del primero); Herodes Antipas y Herodes el Grande. Los más famosos de todos ellos son Antipas cuya fascinación por el baile de la hija de Herodías le costó, de acuerdo con el texto de Mateo, la cabeza al Bautista,:
“Herodes, en efecto, había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan, a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla».
“Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo, que consideraba a Juan un profeta. El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías (Salomé) bailó en público, y le agradó tanto a Herodes que prometió bajo juramento darle lo que pidiera.
“Instigada por su madre, ella dijo:
–Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
“El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y esta la presentó a su madre. Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús”.
El otro célebre Herodes, fue “El grande”. Cuya historia guarda relación con el infanticidio masivo con el cual quiso deshacerse de Jesús. Nos dice también Mateo:
“…Del mismo modo, José (padre de Jesús) fue advertido en un sueño de que Herodes intentaría matar a Jesús, de modo que él y su familia fueron a Egipto. Cuando Herodes se dio cuenta de que había sido ignorado, dio la orden de matar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores. Según Mateo, entonces se cumplió una profecía de Jeremías…”
Desde entonces los crímenes contra la infancia se asocian con la crueldad de Herodes.
Hoy; cuando la Cuarta Transformación escribe sus evangelios, aparece la figura del nuevo Herodes, quien en el extremo de su modestia rechaza nombre y obra.Y dice así:
“…Nunca hemos tenido resistencia u oposición a proteger a nadie, nos interesa que todos, todas estén protegidos; pero, efectivamente, la distorsión que se ha hecho en los medios, desafortunadamente a veces eso crea un cerco informativo y la población se confunde, porque le dan información falsa, torcida, distorsionada, nos quieren hacer aparecer como que somos Herodes casi, que no queremos a los niñas y niños. Eso es absurdo, eso no tiene ningún sentido…”
Y si bien el nuevo Herodes se refiere en esta declaración al insuficiente uso de vacunas, bien se guardó de mencionar los fallecimientos de los niños sin tratamientos oncológicos, a cuyas familias desesperadas calificó como “golpistas”.
De acuerdo con la información disponible, (agosto 2021), “…han fallecido al menos mil 700 niños por los recortes al gasto en tratamientos y el desabasto de medicamentos…”
Pero el herodiano experto, descubridor de la fuerza moral como antídoto viral (el tal por cual), tiene –como sabemos–, otros datos:
“…Nos parece completamente legítimo, una mamá, un papá, un abuelo, abuela, cualquier familiar que ve a su hijo de manera directa (¿cómo se ve de manera indirecta a un hijo?) y dice:
‘Yo quiero que mi hija, mi hijo, estén protegidos’. Totalmente legítimo, entendible, es un sentimiento natural muy noble, no tenemos nada en contra de eso (¡Ah!, gracias).
“Lo que sí nos parece muy lamentable es que haya grupos de oportunistas que por razones económicas o por razones políticas o por lucimiento estén cazando prácticamente a personas que tienen ese noble sentimiento, familias, para estarlas estimulando a hacer estos amparos y llegar a resoluciones judiciales”.
Lo anterior significa no se debe acudir a la ley en busca de justicia. Aquí nomás la Ley de Herodes.
–¿No sabe cual es? López “Gatinflas”, sí.