Contrastaba la lucidez de PORFIRIO MUÑOZ LEDO con la de muchos políticos de su partido y otros. Por eso decía: “La función más ingrata es el ejercicio de la inteligencia. En un mundo, en una sociedad donde la gente, los grupos, los funcionarios, desean el elogio y el reconocimiento, el inteligente pone el toque amargo y demuestra que lo que todos están celebrando no es más que un disfraz, un engaño”. Agua sin movimiento puede matar lento.