Hasta hace pocos meses la inflación era un fenómeno al que muchos no le daban demasiada importancia a no ser que se viviese en ciertos países en los cuales este indicador se encuentra desbocado, pero desde hace algún tiempo la suma de varios factores se han conjurado para que incluso en países como Estados Unidos o en regiones como la Europa Occidental la inflación haya alcanzado cifras que no se veían desde hace décadas, y la reciente invasión de Ucrania y las consiguientes sanciones económicas para tratar de estrangular la economía rusa probablemente supondrán un incremento en la inflación no sólo en Rusia, sino también en los países sancionadores.
La inflación en el medio plazo
Si hasta hace poco las razones del aumento de la inflación venían heredadas de la pandemia -desaparición de parte del tejido productivo, caos en las rutas de suministro o emisión monetaria desaforada- en estos momentos el posible incremento de la inflación vendría de la mano del encarecimiento de la energía en caso de que se cortasen totalmente los lazos comerciales que unen a la Unión Europea y Rusia, lazos por los que, entre otras importantes materias primas, la colosal nación euroasiática proporciona a la Unión decenas de kilómetros cúbicos de combustibles como gas o petróleo a cambio de miles de millones de euros en una relación que parecía que ambos querían reforzar, si nos atenemos al menos a la próxima inauguración de un nuevo gasoducto que va a conectar a Rusia con Alemania a través del mar Báltico esquivando de esta forma a Ucrania.
De momento, y a pesar de que por ahora se ha dejado fuera de las sanciones la compra de energía a Rusia, el precio de materias primas como el petróleo se ha disparado muy por encima de los cien dólares en el precio del barril de WTI y del barril de Brent, lo que ha tenido su lógica repercusión en el aumento de la inflación, lo cual a su vez tiene efectos en el bolsillo del ciudadano.
Efectos de la inflación y estrategias para combatirla
Un nivel bajo de inflación es normal y lo experimentan todas las economías, al fin y al cabo, ¿quién no es consciente de que con la misma cantidad de dinero no se pueden comprar la misma cantidad de productos que hace diez, quince o veinte años? Pero una inflación demasiado elevada y sostenida en el tiempo es algo muy lesivo, tanto para la macroeconomía como para la economía de los ciudadanos, que verán indicadores tan claros como que sus sueldos son menores o que sus ahorros van decreciendo aunque no se toquen, y sin embargo la misma cantidad de dinero cada vez servirá para comprar menos no en cantidades de tiempo medidas en lustros o décadas, sino medidas en meses o semanas, y, con el tiempo, los ahorros que en el pasado., supusieron una cantidad respetable poco a poco dejan de serlo, como ocurre por ejemplo en Argentina, país donde la moneda ha perdido más del 99 por ciento de su valor desde el año 2000.
Es por ello que invertir el dinero es, a pesar de los riesgos, una de las formas más evidentes de luchar contra la inflación, si se consigue invertir de forma que los beneficios sean mayores que la inflación está no reducirá el valor de los ahorros al compensarse la pérdida de valor gracias a los beneficios.
Las opciones a la hora de invertir son muy variadas; se puede utilizar por ejemplo el mercado de divisas, dado que la inflación afecta de forma distinta a unas monedas que a otras, el valor de las mismas varía y puede utilizarse este hecho en el mercado del forex para invertir por ejemplo con el trading online –aprenda más aquí– siempre que se conozca o se esté dispuesto a aprender tanto sobre estos activos como sobre la forma de operar. También hay quién prefiere las inversiones inmobiliarias, las criptomonedas, los ETFs, las acciones y un inmenso etcétera de opciones que si bien no aseguran el éxito sí que suponen una forma que tiene el ciudadano para evitar que su dinero valga cada vez menos, dado que la inflación terminará por devorar el dinero inactivo de forma invariable, poco a poco o a gran velocidad.