- Filman “obra de ficción” sobre el triple filicidio
- Desfilan y protestan ante el bar Los Cantaritos
- Llenan el Jardín Guerrero por Siguientescena
- Alertan vecinos de Álamos por megaproyecto
“La Hiena”.
Así se llama la película producida por la casa Panda Rojo para Netflix, escrita y dirigida por Manuel Rodríguez, “obra de ficción” sobre el suceso protagonizado por Claudia Mijangos en el Querétaro de 1989.
Ya desde el nombre, similar al documental “La hiena de Querétaro” de Discovery Chanel (2010) puede uno imaginar el tratamiento.
Los actores son Tamara Vallarta, Harold Torres y Julio Bracho, junto con los locales Manuel Naredo, Gustavo Silva y Ricardo Coka Ortega. Las locaciones: nevería Gali, CEART, Jardín Guerrero y una casa en Loma Dorada, entre otras.
Las fotos que han compartido algunos de los participantes amplían las dudas.
A ver con qué nos salen.
Lo real.
El 24 de abril de 1989 ocurrió la peor tragedia familiar de Querétaro, cuando Claudia Mijangos Arzac, una joven madre de 30 años, mató a sus tres hijos: Claudia María, de 11 años, Ana Belén de 9, Alfredo Antonio de 6, todos con los apellidos Castaños Mijangos, en la casa de Hacienda Vegil 408, de Jardines de la Hacienda.
Esa mañana fue trasladada a un aislado de la Clínica del Seguro Social, en donde fue interrogada por la entonces directora de Control de Procesos de la Procuraduría de Justicia del Estado, Magdalena Ramírez González (esposa de este columnista) y la agente del Ministerio Público, Sara Feregrino Feregrino.
La filicida no recordaba nada.
“Mis hijos están bien, tú de que te preocupas” habría respondido al preguntarle por ellos. Sin embargo, contó que la noche de los hechos escuchó voces, que le decían que Mazatlán (su ciudad natal) había desaparecido y que todo Querétaro era espíritu.
Después, ante el juez Arturo González de Cosío, hoy magistrado en retiro, afirmó no recordar nada, pues para ella su memoria se quedó en que los niños se fueron a acostar por la noche, cada quien en su cama y amanecieron todos juntos en la recámara principal. “Cuando los vi que estaban en mi cama ya era en la mañana, recuerdo que tocaron la puerta, que abrí, pero me volví a quedar dormida. Yo sentía como si se fuera a acabar el mundo”.
Más allá de los problemas de Claudia con su esposo Alfredo Castaños Gutiérrez y del supuesto enamoramiento con un sacerdote, el doctor Alejandro Obregón Álvarez (+), colaborador de PLAZA DE ARMAS, determinó en su peritaje la lesión cerebral de la acusada como posible origen del triple filicidio. La psicopatía detectada fue calificada entonces de incurable.
Mijangos, maestra de catecismo del Fray Luis de León y comerciante del Pasaje de la Llata, no era dueña de sus actos, como lo determinó meses después el juez González de Cosío al declararla inimputable y ordenar un internamiento de 30 años, equivalentes a la pena máxima de entonces o menos si la ciencia médica encontraba una cura para su problema.
Se dio el primer supuesto y Claudia fue liberada y entregada a sus familiares en 2019 a las puertas del anexo psiquiátrico ubicado en El Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan, en la Ciudad de México.
A partir de los hechos contenidos en el proceso 224/89 han derivado certezas y numerosas historias y leyendas de horror. De allá para acá se han inventado mil historias sobre el Caso Mijangos. Incluidas las contadas en programas de televisión de fantasmas o en una serie de Discovery Channel en la que un veterano colega dijo que la casa de Claudia es un atractivo turístico, como Los Arcos.
Libros deleznables se escribieron también. En uno se desparramó la leyenda de que Claudia ya había salido de la cárcel, se había casado y matado a su nuevo marido en Irapuato. Falso de toda falsedad.
En Monterrey, Nuevo León, se estrenó hace varios años una obra de teatro sobre el caso y hasta hay un sitio de Facebook a su nombre, con cientos de seguidores, en el que se debate sobre los hechos y su persona. De locura.
Ahora mismo se prepara el lanzamiento de una película en la que participan varios queretanos, ajenos todos a lo acontecido.
Dentro de algunos años podrían hacer otra de los Cantaritos.
Decía el gran escritor Emilio García Riera: El cine es mejor que la vida.
Ya no.
-BLANCAS Y NEGRAS-
Contrastes.
Este sábado varias decenas de personas, incluidos los familiares de las víctimas del ataque a Los Cantaritos -incluidos presuntos miembros de un cártel-, hicieron una marcha silenciosa desde La Alameda Hidalgo al bar de Circunvalación, sitio de la tragedia que muy probablemente nunca vuelva a abrir.
Ahí hubo dolor, quejas y denuncias en contra de la autoridades por parte de las familias mutiladas, mismas que fueron ampliamente difundidas en los medios nacionales, mientras radicales de la oposición ejercían de buitres, aprovechando la escasa operación oficial.
Mientras tanto el Querétaro eterno comenzó el camino hacia la normalidad, a una semana de la masacre de Los Cantaritos. Miles de queretanos llenaron la plazas comerciales, mercados y tiendas con motivo de las promociones del Buen Fin y disfrutaron el X Festival Siguientescena en el Jardín Guerrero con la participación de un centenar de artistas internacionales, nacionales y locales.
La gran fiesta del arte evolutivo regresó a la ciudad -teatro, circo, música y danza- con el patrocinio del Municipio y la presencia del alcalde capitalino Felifer Macías, la secretaria de Cultura, Daniela Salgado y la delegada del Centro Histórico Estrella Rojas.
En otro tema, nos cuentan que vecinos de Alamos están informados por un mega proyecto a desarrollar en la esquina de Industrialización y Roncopollo para construir 84 departamentos, un centenar de locales comerciales, ocho restaurantes y bares.
El terreno es o fue propiedad del ex senador panista y ex titular de la dependencia contra las adicciones Guillermo Tamborrel, siempre taaan preocupado en el desarrollo armónico de Querétaro.
¿A dónde vamos a parar?
-JUGADA FINAL-
Feriado.
Gracias a Fox hoy es día inhábil por ser el lunes previo al festivo de la Revolución Mexicana, ese movimiento histórico del que ya poco se habla.
Lo de hoy es la llamada “revolución de las conciencias”.
¡Porca miseria!