Si uno se pone a estudiar la “Guerra de las Galias”, de Julio César, se entera de la historia por encima de la grandeza del personaje y a pesar de la unilateralidad subjetiva en que el personaje histórico pudo incurrir.
Cicerón, por ejemplo, nos da un enfoque de los acontecimientos de la política de ese tiempo, lo mismo que el enorme caudillo, su contemporáneo; pero éste organizador y hombre de acción y con una cultura helénica, que iguala al gran orador que cayera degollado por Marco Antonio, vengador y ajustador de cuentas de quienes desde el Senado Romano se opusieron a la República, bajo el prurito d estar contra el mito del poder absoluto del vencedor de las Galias.
Otra cosa son las aventuras pretorianas palaciegas de aquel tiempo y de todos.
Si uno lee “Las Memorias del último Jefe de la Ojrana, la policía zarista de principios del siglo pasado, y eleva esos hechos en sustitución de la historia real, termina no por saber nada de la conflictiva histórica mundial que ahí se estaba dilucidando con la más grande Revolución, después de la francesa y la norteamericana, más cercanas una y otra a los acontecimientos que se iban a producir en el mundo, principalmente en Latinoamérica.
Javier Coello Trejo parece o quiere decirlo todo en sus “memorias”, pero sin comprender que lo policíaco no abarca lo económico y lo histórico que pueda haber y lo hay, en las cuestiones del narcotráfico y sus acaeceres de toda laya.
Historias de la Mafia se han escrito decenas, pero no pasan de ser crónicas, si acaso, como las guerras del opio, tres de ellas, insertas en el corazón del comercio del capitalismo colonial de Inglaterra y el feudalismo y atraso de la India y la China de mediados del siglo XIX.
Así las cosas, estas memorias que hoy circulan tan profusamente fragmentarias en los medios y en el interés mediático de las capas medias nuestras políticas y arribistas, dicen muchas cosas triviales y ocultan otras, tal como si con la Cosa Nostra quisiéramos explicarlos el convulso transcurrir de la prodigiosa historia italiana, en medio del contradictorio ir y venir de la EUROPA MONÁRQUICA, ABSOLUTISTA, TODA JUNTA Y CONTRARREVOUCIONARIA.
Podría decirse que, de cierto modo, el narcotráfico y su capitalización, resulta complementario y también opuesto a los cambios sociales de nuestro Continente a raíz de la Revolución Cubana; lo mismo que en Europa de da como complemento del PLAN MARSHAL, en respuesta al espejismo del socialismo soviético que al final sería decisivo para derrota al nazismo y al fascismo que todavía patalea con ánimos de resurrección.
Pero ni la Gestapo, ni la NKGBD, COMO TAMPOCO LA CIA Y EL FBI, PUEDEN DILUCIDAR LA CONFLICTIVA CAPITALISTA; MUCHO MENOS LAS MEMORIAS DE UN POLICIA JUDICIAL MEXICANO PUEDEN RESUMIR NUESTRAS CONTRADICCIONES SOCIALES DEL CAMBIO, ASÍ TENGAN UNA RESONANCIA REMOTA CON LO QUE ESCRIBE EN EL “GATO PARDO” DE LAMPEDUSA, O EN CUALQUIER OTRO MATERIAL ESCRITO O FÍLMICO, CON QUE NOS AMOS EN NUESTRA CONSABIDA COMODIDAD CRITICA ACTUAL.
Panfletarios al fin de cuentas, nos hemos contagiado todos hasta lo electoral y las narrativas fáciles y simplificadoras de la marginalidad política de los Estados y las naciones que creen cifrado su desarrollo en el comercio imaginario internacional del trabajo outsourcing envuelto en la mortaja del oro mundial.