Una de las más grandes equivocaciones del historicismo mexicano es confundir el nacimiento con la vida. Por eso en lugar de conmemorar la consumación del movimiento de Independencia, festejamos el inicio de una revuelta precursora cuya intención era apoyar desde aquí a Fernando VII, rey de España.
De la misma manera prefearimos, al hablar de la industria petrolera, elogiar sin mesura otra vez “la gestaheróicadelseñorgenerallazarocárdenas” quien con el petróleo nos dio la patria, lo cual es mentira porque “El tata” no recuperó el, petróleo (ya era propiedad nacional), sino las instalaciones industriales de las empresas concesionarias. Patria ya teníamos.
Obviamente es mejor adornar el verbo con aquella reivindicación y no reflexionar sobre el desastroso estado de la compañía nacional y sus incurables quebrantos. La corrosión administrativa y la ineficiencia de PEMEX, sin embargo, hacen milagros: cuando el gobierno 4-T la adquirió tenía utilidades; hoy tiene pérdidas.
Además a PEMEX le nació un hijito mensito: la refinería “Olmeca”, en “Dos Bocas” cuyo estratosférico costo no ha servido para producir ni siquiera un litro de la gasolina con cuya abundancia íbamos a recuperar la soberanía energética. Y en el nombre de esa noble y patriótica aspiración, alimentamos ahora más elegantes albinos.
“…De acuerdo con los resultados de Pemex, al cierre de 2024 la refinería Deer Park tuvo ingresos por 186 mil 381 millones de pesos, un alza de 0.1% respecto al año previo.
“Esto ha generado una pérdida operativa en el balance (19 mil 200 contra 11 mil 900 millones de pesos) , ante el incremento de la utilización de esta respecto al año pasado, incrementando costos operativos y generando menor utilidad neta (EU)”.
Petróleos Mexicanos no es una empresa endeudada, ineficiente y altamente corrupta. Parte de esa corrupción es el adeudo a sus proveedores.
Como sabemos, “la deuda de Pemex a contratistas (Oil & Gas Magazine) ha alcanzado niveles significativos en los últimos años. En 2024, la deuda totalizó 506 mil millones de pesos, lo que representa un aumento del 37% en comparación con el año anterior… la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que Pemex resolverá su deuda de más de 20mil millones de dólares con proveedores en marzo de 2025”.
Eso sí es negocio: deber 605 mil y nada más pagar (si se cumpliera) 20 mil.
Pero en otros ámbitos, Petróleos Mexicanos asusta.
A pesar de recibir 2.2 billones de pesos en el sexenio anterior,
Pemex tuvo pérdidas de operación (2024) por casi 16 mil millones de pesos, incluso antes de pagar impuestos o servir su altísima deuda de más de 100 mil millones de dólares.
Pemex Transformación Industrial (TRI) perdió cerca de 215 mil millones de pesos el año pasado. Eso significa –dicen analistas como Carlos Elizondo–, “que le cuesta más refinar que el precio al que vende los productos”.
“La inversión en Pemex aumentó de 96 mil millones de pesos en 2018 a cerca de 200 mil millones de pesos en promedio en los últimos tres años, incluyendo la inversión en Dos Bocas”. A pesar de eso “
Su producción de líquidos disminuyó de 1.62 millones de barriles diarios en 2018 a 1.34 millones en 2024 y 1.23 millones en enero de 2025, lejos de la meta de 2.69 millones establecida en el Plan de Negocios de 2019”.
La síntesis es simple: “La situación financiera de Pemex es preocupante, con pérdidas significativas y una producción que no cumple con las metas establecidas”
Y lo diría de otra manera: no es preocupante, es vergonzoso.
“El futuro del sector energético en México es incierto, con políticas que parecen no estar resolviendo los problemas de fondo de Pemex”.
Aquí vuelvo a discrepar: no tenemos un futuro incierto. Ciertamente a esta empresa –con todo y su mitología– ya se la llevaron al rancho de Andrés.
Pero siempre quedan recursos, como promover desde la mañanera, convertida en reseña cinematográfica, una película de Olhovich, celebratoria en el peor lenguaje del oficialismo, de cuando el petróleo fue nuestro.