Epigmenio Ibarra, el videógrafo de Andrés Manuel López Obrador, vanguardia de la maquinaria de la propaganda Andrés Manuel López Obrador, está siendo atacado en las redes sociales donde le adjudican, seria y satíricamente, de ser el autor del video que dio a conocer el martes presuntamente el Cártel del Noreste, una escisión de Los Zetas, donde hace una defensa del presidente y asegura que nunca le dieron dinero para sus campañas políticas, como señalan investigaciones en Estados Unidos que fueron cerradas por razones políticas.
El señalamiento de ser el productor del narcovideo no tiene sustento, hasta ahora, pero el imaginario colectivo suma: dos más dos son cuatro. Ibarra es un exitoso productor de narco telenovelas donde los héroes son los capos, y la política de seguridad laxa del presidente, tolerante y respetuoso con los líderes del Cártel del Pacífico, allana el camino al silogismo pernicioso, que por cierto utilizan los dos y la máquina de propaganda a su servicio.
En cualquier caso, la grabación en sí misma despierta sospechas sobre la fuente que lo inspiró y produjo. El video difundido el martes dura 6’08’’, y comienza con una cortinilla del presunto Cártel del Noreste con efectos y la utilización de la herramienta de Google Earth para aropximarse desde el espacio hasta el municipio neoleonés Doctor Coss, una de las puertas de entrada a la llamada “frontera chica” de Tamaulipas, y que está bajo su control, donde la semana pasada sus adversarios, el Cártel del Golfo, los atacó.
El arranque del video es muy diferente al anterior que dieron a conocer en las redes sociales en junio del año pasado en respuesta a un llamado a la paz de López Obrador. De entrada, la calidad entre los dos materiales es enorme. En el primero, cuando se abre, la resolución es mala y no se pueden ver los detalles; en el último, la resolución es nítida y se aprecia hasta el color de los ojos de los hombres armados.
El primer video tampoco tiene la producción del último, que incluye una edición de imágenes tomadas de Milenio TV y fichas de militares como las que aparecen en los Power Point que se transmiten en las sesiones informativas sobre seguridad en las mañaneras de Palacio Nacional. Tampoco hace uso de imágenes producidas profesionalmente que para identificar al grupo como “CDN Cártel del Noreste” emplearon una tipografía estilizada que brilla, a diferencia del previo, cuyos recursos se aprecian más cercanos a los de un estudiante de secundaria, utilizando la tipografía universal de la familia Helvética con letras blancas.
En el primer video, de 2’31’’, aparecen ocho hombres armados detrás de quien lee el comunicado, con una variedad de fusiles de asalto y vestidos con uniformes tácticos negros, grabado de día en alguna zona urbana de alguna ciudad el 23 de junio pasado. En el de este martes, aparecen ocho hombres armados únicamente por lo que parecen ser fusiles R-15, de uso reglamentario del Ejército, que también son populares en los cárteles de las drogas, detrás de quien lee el mensaje, no del papel en el que fue escrito en el primer caso, sino desde un teléfono celular.
El video fue grabado durante la noche en una zona donde solo se ven árboles, con dos cámaras -o con una sola pero con varias tomas-, que captaron diferentes ángulos. Los hombres también tienen uniformes tácticos, pero de color azul. Sus cuerpos se ven entrenados, a diferencia de los hombres en el primer video, y la forma como se paran no es desparpajada como en junio, sino en posición de firmes, sin moverse. Otra diferencia que llama la atención es que en el video que difundieron el martes el mensaje va acompañado de subtítulos, que no existen en el video del año pasado.
El contenido es lo que más los diferencia y más cejas levanta. En el video del año pasado, los hombres identificados como miembros del Cártel del Noreste, respondieron un exhorto de López Obrador para que no actuaran de forma violenta, que fue la reacción que tuvo a una negociación con colectivos de madres buscadoras para que les permitieran encontrar a sus hijos. Poco duró ese pacto, pues una de ellas fue asesinada.
En el último video mezclan una introducción de denuncia por la presunta colusión de militares y funcionarios del gobierno de Tamaulipas con cárteles enemigos, que es algo no ajeno a ese tipo de mensaje criminales. Lo que fue insólito es que en la parte sustantiva se deslindaron de haber inyectado dinero en las campañas presidenciales de López Obrador en 2006 y 2018, como se publicó en cuatro medios, tres estadounidenses y uno alemán. “Ni nos metemos, ni nos metimos, ni nos meteremos” en procesos electorales, dijo el hombre que hizo la lectura.
Quien escribió el texto tiene una formación burocrática, porque comenzó citando, como su fuera un oficio, al “presidente constitucional”, a la secretaria de Gobernación -responsable de la política interna-, Luisa María Alcalde, a la secretaria de Seguridad Pública, “ciudadana” Rosa Icela Rodríguez, y a los secretarios de la Defensa, general Luis Cresencio Sandoval, y de la Marina, almirante Rafael Ojeda, mencionando los dos apellidos en todos los casos.
También adopta la fobia de López Obrador contra el periodista Carlos Loret, porque el video tiene como motivación la entrevista que difundieron con quien se identificó -sin que hubiera desmentido- como Celso Ortega, líder de la banda criminal guerrerense de Los Ardillos, donde afirma que Los Zetas le inyectaron dinero a la campaña de López Obrador. No mencionan los primeros tres medios que airearon las investigaciones en Estados Unidos, y solo le recarga la mano a The New York Times para decir que lo que publicó no es cierto. Como cereza de pastel concluye citando a Donald Trump y afirma que todo lo publicado “son fake news”.
Al final, por donde se le quiera ver, presuntamente Los exZetas, reinventados como Cártel del Noreste, se sumaron a la maquinaria de propaganda de López Obrador que busca limpiar su nombre y su legado. Así, no se va a poder.