Hay una relación estrecha entre el crecimiento de la ciudad y la generación de ruido, y por supuesto, ello, tiene diversas causas, entre las que se encuentran un mayor tráfico de automotores, la expansión de la jornada de trabajo en horarios nocturnos, la creación de comercios que ofertan música, la partura de talleres que emplean maquinaria, la cercanía de las industrias con áreas habitacionales, las fiestas particulares y la construcción de obras públicas por la noche.
En la zona metropolitana de Querétaro, se experimenta una doble situación, ya que por un lado la mayor parte de la población es joven, pero, por otra parte, hay un proceso de envejecimiento y además, de que hay zonas, como el Centro Histórico donde se asienta una población de personas mayores las cuales son más sensibles al ruido sobre todo por la noche.
El ruido es causante de problemas en la salud pública y que atenta contra la persona al producirle insomnio, estrés, malestar emocional y derivado de ello, otros posibles trastornos, pero también, el ruido se transforma en energía calorífica, razón por la cual, como en el Centro Histórico, que es una Isla de Calor provocado por el cambio climático, se incrementa la temperatura.
La primera evidencia, es que efectivamente hay mas ruido en la actual sociedad urbana producto del crecimiento en todos los sentidos.
La segunda evidencia es que existe una demanda de entretenimiento, distracción y convivencia de una población joven y muy citadina.
La tercera evidencia es en cuanto a la población de edad mayor que es mucho más sensible al ruido.
Lo anterior crea una contradicción urbana actual entre demanda de ruido y demanda de silencio, que se traduce en una carrera acelerada y ascendente entre ambas. Asimismo, se encuentra la contradicción entre el crecimiento económico que conlleva muchas actividades productivas ruidosas y la necesidad del descanso en el silencio. Y aún más, Querétaro al ser un punto estratégico de paso hacia el occidente y norte del país experimenta un tráfico de vehículos pesados que de alguna manera provocan ruido en las zonas habitacionales.
Y si le añadimos que la ciudad de Querétaro se encuentra por su fisiografía, en una especie de olla, tal situación produce un eco permanente del ruido generado.
En todo esto o en medio de esta situación emergente del ruido urbano, se encuentra la Norma Oficial Mexicana NOM-081-ECOL, que data de 1994 y que establece los límites máximos permisibles de fuientes fijas de emisión, no obstante, en el presente, se requiere de una calibración para establecer criterios y máximos en función de la situación concreta.
Ya algunas ciudades del país, lo han adaptado, como en el caso de la Ciudad de México en la zona de la Condesa, lo cual permite a su vez, regular los giros comerciales en la zona, con el afán de mitigar y reducir el ruido.
Sin duda, la contaminación por ruido será una constante en el futuro inmediato y muy álgida conforme se envejezca la población y crezcan las ciudades.
Entonces, hay que tomar medidas preventivas y correctivas, entre las que podemos vislumbrar como los estudios de ruido en determinadas zonas para arribar a Normas Técnicas locales y que permitan la regulación de los giros y horarios, es decir, dar preferencia a giros comerciales silenciosos; por otra parte, se debe contemplar las formas de medición y sobre todo, la distancia en función del horario, sobre todo el nocturno; finalmente, las medidas coercitivas que lancen mensajes para desalentar las actividades ruidosas entre ellas las fiestas privadas en casas habitación, que desde la pandemia se intensificaron, producto del cierre de negocios o la restricción de horarios., a la fecha hay un vacío legal para estos casos, pero que puede solventarse con reformas a los cuerpos legales que regulan el ruido.
Hasta en la misma música existen espacios de silencio.