1913
Muy pocos artistas mexicanos o internacionales trascienden el tiempo y la fronteras, y todavía muy pocos trascienden con una sola imagen, una calavera con un sombrero. Efectivamente una calavera con sombrero es una imagen que ha trascendido de alguna manera en el imaginario de la población, el imaginario de los artistas y poco a poco se difunde por el mundo ya como un referente obligado. La Calavera Garbancera, un grabado, ilustrando, para un periódico, que en aquella época se llamaban “Diarios de Combate”, de José Guadalupe Posada es un fenómeno fuera de serie, una pequeña caricatura, una calavera con sombrero, en un periódico de oposición, criticando de alguna manera a los indígenas que vendían garbanzo en México y que vestían a la manera europea para aparentar ser más ricos. Shakespeare intenta la calavera sin sombrero en Hamlet, pero no es lo mismo.
1996
La primera vez que alguien del extranjero me hace notar a Posada.
En 1996, trabajé haciendo un video documental sobre André Bretón, en el Museo Carrillo Gil, con el curador, Andreas Neufert, en la expo “La Belleza será Convulsiva, o no será”, festejando el cumpleaños 100 de Bretón. En la sala de edición Andreas y yo hablamos largamente de Bretón y sus impresiones de México. André Bretón, personaje fundador del Arte Surrealista, movimiento artístico y literario que busca ir más allá de lo real a partir de lo imaginario y lo irracional,del francés y significa “por encima” (sur) del realismo (réalisme). Le pedí me aclarara de dónde salía su afirmación de que México es un país surrealista. Estaba hablando de la realidad, los sucesos cotidianos sin engranaje, o del imaginario o posiciones de los artistas. Si repasamos lo que sucedió, de manera pragmática, el estreno en Bellas Artes de la película “El Perro Andaluz” recibió tratamiento antisurrealista. Bretón probablemente se refería a la falta de engranajes y cómo México todo es una simulación.
1938
Su visita en 1938 tenía el objetivo de conocer a Trosky, ya que el Surrealismo proponía también soluciones políticas a la sociedad. Trosky, Kahlo y Bretón nunca articularon en harmonía sus objetivos comunes. Trosky afirmaba que en una sociedad evolucionada el arte desaparecería. Fue en medio de este repaso histórico y charla informal que Andreas mencionó de que de todos los artistas mexicanos, a Bretón el que le parecía más interesante era Posada. En aquella época Posada ya había muerto, sin embargo el flujo de trabajo de personajes de calaveras criticando al gobierno, escenas de muerte y luego de ultratumba, hicieron click con Bretón. Su maleta de regreso a Europa la llevaba llena de calaveras de azúcar con el nombre de “Andrés” en la frente. Como una inferencia personal asumo hubo charlas sobre Posada entre Trosky, Kahlo, Rivera y Bretón.
1947
Es en 1947 que Diego Rivera retoma la calavera garbancera, le da cuerpo, la viste, le pone una bufanda de plumas que representa a Quetzalcoatl, le pone tacones, del lado izquierdo aparece un Diego Rivera niño comiendo una torta, que le toma de la mano, del lado derecho le inventa un novio, al mismo José Guadalupe Posada. En 1947, el pintor Diego Rivera, invitado por el arquitecto Carlos Obregón Santacilia, es contratado para ejecutar un nuevo mural, en el Hotel del Prado, situado en la avenida Juárez, a unos pasos de la Alameda. El tema del fresco “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, trata de un imaginario paseo por la Alameda, que nos hace partícipes de los recuerdos de niñez y juventud del artista; es al mismo tiempo la síntesis de los diversos períodos históricos de nuestra nación, representados por algunos de sus héroes y anti héroes. Son más de 70 personajes y más de 400 años de historia, y hasta aparecen Lupe Marín y Ruth Rivera, las hijas de Diego. Ahí al frente está “La Catrina” como el personaje más relevante y ya no se nota Porfirio Díaz.
1985
Un terremoto destruye el Hotel del Prado y a una Ciudad y la Catrina sobrevive y se traslada el mural al Museo Mural Diego Rivera a un costado de la Alameda.
2016
Spectre
James Bond está en la Ciudad de México, en medio de un desfile imaginario de Día de Muertos, buscando a un italiano llamado Marco Sciarra, Bond, James Bond abre fuego y dispara una bomba que destruye un edificio… Gracias a Sam Mendes, director de la película Spectre y su gran inventiva, hoy en día la Ciudad de México ha adoptado la costumbre de un desfile de Día de Muertos que incluye un desfile de Catrinas. El nombre se usa indistintamente. Gracias Sam Mendes.
La Catrina es una síntesis del arte mexicano. Es indiscutible que una calavera es el retrato genérico y unisex de todos nosotros y por eso Hamlet, habla con la Catrina y dice las famosas palabras “To be or not to be”, en español se traduce de manera incorrecta “ser o no ser”, cuando la manera indicada es “estar o no estar”. Si fuésemos a hacer un recorrido de retratos en pintura famosos: “La Giocconda” o la “Jóven de la Perla” (Het meisje met de parel) de Vermeer, mismos que se han popularizado como los referentes obligados en la cultura global de manera mediática y se usan como lugares comunes al referirse al arte. Igual podemos añadir a Marilyn Monroe de Warhol, al autorretrato de Van Gogh (que yo siempre digo que le falta algo) o “Las Meninas” de Velázquez o, inclusive a Ge Xiaoguang autor del gran retrato del “Chairman Mao” que se pinta cada año en la Puerta de Tianan Men en China, mi favorito, el mosaico bizantino a medias en el Hagia Sophia en Estambul, que muestra a Jesucristo, San Juan Bautista y su madre María, en el Juicio Final perdonando a todos. Imágenes que llevamos en el subconsciente y que cargamos para todos lados. La Catrina es el retrato, y es una de las obras maestras del arte mexicano. La Catrina además es un símbolo de mestizaje, una frontera entre la vida y la muerte, un signo que indica el cordón umbilical entre Europa y México, la fuerza del Gestalt entre el arte y la caricatura, entre el humor y lo profundo, entre lo Pop y lo sublime, entre lo visible y lo invisible.
Una especie de sincretismo fenomenal en un sólo concepto que define de manera bestial la cultura mexicana. La estola de plumas que hace referencia a Quetzalcoatl. Hoy en día los políticos visten al revés para aprentar ser más pobres y esconden todas sus ganancias entre los muertos sin nombre. Todos se quieren robar a la Mona Lisa y le tiran pasteles. Nadie se quiere robar a la Catrina y ningún activista se ha dignado darle un pastelazo. Delata de manera frontal el nivel de nuestra cultura y nuestras instituciones que fallan constantemente en la generación de valor y cauce a la cultura.