Hablar de “La casa de papel” es referirnos a una de las series más exitosas –o con más vistas- en la historia de Netflix, ahí no hay debate. El debate llega cuando nos preguntamos si era necesario alargarla tanto, y peor aún, si sigue siendo “creíble” aun dentro de sus propios parámetros. Vamos a profundizar:
La serie se debe dividir en dos, y es que realmente no es una serie original de Netflix. “La casa de papel” fue concebida como un producto destinado a la televisión española creado por Atresmedia y que contaría con solo dos temporadas, en donde se narraría el famoso atraco a la Fábrica de Moneda y Timbre para imprimir millones de euros.
Los primeros capítulos fueron un éxito en su país natal, gracias a su historia, pero en gran medida a personajes que rápidamente se hicieron entrañables, como “El profesor”, que hoy sigue gozando de gran popularidad entre los amantes de la televisión.
Sorpresivamente, ya entrados en la segunda temporada, comienza a perder televidentes y Netflix adquiere los derechos de emisión internacional. Casi por arte de magia, y con un mínimo o nulo esfuerzo en publicidad, la serie se convierte en un fenómeno mundial y se transforma en uno de los productos más vistos en la historia del gigante del streaming.
Pero la cosa no termina ahí: La peculiar máscara de Dalí deja de ser parte del vestuario de los asaltantes y en distintos puntos del mundo lo toman como un símbolo de protesta en contra del sistema; algo muy al estilo de la de “V de Venganza”. Ya era un fenómeno viral en donde a nadie le importaba si era posible un atraco de tales dimensiones y solamente queríamos ¡que los malos ganaran!
Pero todo acabó tras el fin de la segunda temporada, pues Netflix no podía dejar morir a uno de sus grandes atractivos y pideron más. La respuesta por parte de sus creadores tardó en llegar, y es que ellos mismos confesaron que jamás pensaron en alargar la serie, pues la historia y arcos de sus personajes habían llegado a su conclusión; no había necesidad de más, pero el dinero es dinero.
Así pues, aceptaron y se sacaron de la manga un nuevo atraco… y se notó. El nuevo robo ha necesitado 3 temporadas plagadas de inconsistencias, exageraciones y una conclusión que todos necesitamos que llegue, pues yo personalmente dejé de creerle al profesor y a su falsa calma.
#SpoilerAlert
Mi paciencia con la serie se esfumó cuando Tokio y compañía tienen que enfrentarse cara a cara a los que son, supuestamente, los militares más temidos de España y se ganan el pan de cada día combatiendo a terroristas de la talla de Boko-Haram… sí esos que han secuestrado a decenas de niñas en Nigeria y han asesinado a cientos de civiles; pues les hacen frente, no hay mucho que decir.
Ahora casi casi solo quiero ver el desenlace y no quedarme con la duda de ver cómo salen de esta o de plano los matan o capturan, pues ya les he invertido muchas horas de mi vida –aunque también confieso que me entretuve hasta haciendo corajes-.
Espero que su ambición no los haga tomar el camino de un spin-off centrado en Berlín, personaje que murió en el primer atraco, pero que enamoró a más de uno por su desmedida falta de escrúpulos y elegante forma de ofender, y que ahora reviven en forma de flashback. Por favor, no lo hagan, dejen que la serie termine ahora que todavía puede.
Postada, hay que reconocer como nos hicieron odiar a Arturito, un personaje que, a piorir, es de los buenos.lagadas de inconsistencias, exageraciones llo e inminente conclusirsonajes habñnsiones y solamente quer