Cuando el 17 de octubre de 2019, en los inicios de la Cuarta Transformación el dominante poder fáctico del crimen definió de una vez y para siempre la flaqueza del gobierno federal en cuenta el cumplimiento de la ley para los delincuentes, dos cosas ocurrieron: la liberación del Chapito Ovidio y la aparición de “los monstruos” en los desafíos armados a la autoridad, en este caso sin autoridad.
Si bien esos blindados artesanales ya había sido utilizados antes en otros lugares, nunca habían sido tan visibles y eficaces. Los narcotraficantes ya no solo superaban en capacidad de armamento a las policías, sino ahora se plantaban delante de los soldados y Guardias Nacionales, con el parapeto de sus tanques rústicos y artillados. Y al menos en esa ocasión, ganaron.
Ninguno de esos montaraces criminales, descendientes de “gomeros” y sembradores de mota ha leído a De Gaulle en “El filo de la espada donde describe con maestría el valor del militarismo como garantía de la paz; no de la guerra y la distancia del Estado: “Un Estado digno de este nombre no tiene amigos”. Tampoco en el gobierno lo han leído.
Por eso los criminales no le tiene miedo al Estado (ni al Ejército) y éste los tolera con disimulo o no, y de cuando en cuando los utiliza. Quid pro quo.
Hace unos cuantos días, con la insistencia de la propaganda, se distribuyó una noticia simple, en ese momento intrascendente. Y ahora, innecesaria.
“(El país). – La Fiscalía de la República de México (FGR) compartió el video de una operación realizada este domingo en la que se destruyeron 14 vehículos con blindaje artesanal. Conocidos como “monstruos”, estos autos son usados comúnmente por grupos de la delincuencia organizada.
“El organismo señaló que las unidades habían sido aseguradas por la Secretaría de la Defensa Nacional luego de diversos enfrentamientos entre bandas armadas y elementos militares. Los vehículos están vinculados a al menos 12 carpetas de investigación.
“La destrucción de los bienes decomisados se realizó por medio del cumplimiento del Programa de Destino de Bienes y Objetos del Delito, con colaboración del Ministerio Público de la Federación e integrantes de la Octava zona Militar en el Estado”.
Y en las fotografías se ven inmovilizados y rumbo al desguace, los amenazadores monstruos. Estaban felices la Sedena y la Fiscalía. Le iban ganando la batalla a los “monstruos blindados”.
Pero otra es la realidad. Como resulta más barato expropiar (robar), los criminales en Guerrero han puesto el nuevo ejemplo: le quitaron a la autoridad el poderoso “Rhino” (un camión de control de multitudes con casi 8 toneladas de peso), y con él derribaron el portón del Palacio de Guerrero e impusieron sus condiciones. De igual a igual se sentaron a negociar con el gobierno, como los soldados se jugaban la manta de Jesús en un juego de dados.
“(MX)Las escenas de miles de personas tomando las calles y provocando el repliegue de policías se viralizaron en redes sociales. Los manifestantes llegaron al extremo de robar un vehículo blindado llamado “Rhino” para entrar por la fuerza al Palacio de Gobierno.
“En las imágenes difundidas por medios locales y por usuarios de redes se observan policías rebasados por los manifestantes y en algunos casos golpeados y amenazados.
“Ya para la tarde, los pobladores retiraron el bloqueo de la Autopista del Sol, que mantuvieron cerrada durante horas, sin que el diálogo con las autoridades que había prometido la gobernadora hubiera surtido efecto.
“De acuerdo con el periódico local El Sur, los manifestantes se retiraron hacia la comunidad de Petaquillas, pero llevándose con ellos el vehículo blindado referido antes, así como a algunos policías y funcionarios a quienes habrían retenido contra su voluntad”.
Hace tiempo no se veía tal derrota, tal símbolo funesto.