El clavadista mexicano Kevin Berlín se desbordó en llanto al término de la Final de plataforma, donde se quedaron a casi tres puntos de ganar la medalla de bronce en París.
Se llevó las manos al rostro, agachó la mirada y desahogó. Lágrimas imparables. No todo es gloria en unos Juegos Olímpicos; hay lágrimas que saben a dolor.
“El deporte te da lo mejor y a veces te toca más aprendizaje y hoy me tocó eso, el seguir aprendiendo y luchando. Creo que hemos trabajado muy bien y también hay que estar orgullosos de lo que hemos hecho y hasta donde hemos llegado. Hay muchas cosas que hemos pasado en este ciclo y ahí estamos”, dijo Kevin sollozando.
Confesó que después del cuarto lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio estuvo un tiempo deprimido y con este cuarto lugar en París, a solo tres puntos de los canadienses, es muy rápido para asimilarlo.
“Trabajé muchas cosas en lo mental, venía de un cuarto lugar de Tokio. En ese momento mucha gente lo veía como mal. Me dio para abajo, estuve deprimido un tiempo y hoy me levanté. Di mejor en cada clavado, luché hasta el final, pero lamentablemente nos quedamos a tres puntos”, continúa.
“En lo personal creo que fallé en el cuarto clavado y en el quinto clavado me faltaron unos detalles, lo que nos toca es demostrar de lo que somos. En ese clavado mi entrenador y yo volteamos a ver la pantalla y no sentimos que era nuestra calificación, pero son los jueces los que deciden”.
Kevin no encontraba consuelo, aunque le queda una revancha en la prueba individual de París.