Desde 1946, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hacía recomendaciones respecto al trabajo nocturno de los menores en actividades no industriales (comercios, correos, telecomunicaciones, trabajo de oficina, periódicos, hoteles, pensiones, restaurantes, café, teatros y lugares públicos de diversión, por mencionar algunos). Las actividades laborales relacionadas con el ocio han sido típicamente espacios donde se han insertado laboralmente los jóvenes. En algunas ocasiones, recurrir a estas actividades laborales es una estrategia de las y los jóvenes para proveerse de recursos económicos mientras desarrollan una actividad que consideran más importante como estudiar. Estudiar de día y trabajar de noche se ha convertido en una actividad laboral a la que recurren miles de jóvenes; México tiene, de acuerdo con el IMCO, más de nueve millones de jóvenes que trabajan o están en la búsqueda de empleo y sus jornadas laborales van de 35 a 48 horas a la semana y apenas el 44.9% cuenta con un salario máximo de $5,186 pesos al mes.
¿Cómo se apropian los jóvenes de la noche? El acceso a la noche es desigual, por ejemplo, en el caso de nuestras prácticas de ocio, no es lo mismo apropiarse de la noche a partir de nuestra posición como clientes que hacerlo desde la posición de trabajadora o trabajador, en suma, la noche se vive de forma distinta. El trabajo nocturno en espacios de ocio (bares, restaurantes, centros nocturnos, cafeterías, etc.) no es un trabajo para cualquiera, la capacidad física de las y los jóvenes les permite acceder a este tipo de actividades laborales, sin embargo, nos falta reflexionar respecto al impacto que tiene en su salud o cómo puede detonar prácticas asociadas al consumo de sustancias para mejorar o aumentar el rendimiento no sólo durante la jornada laboral, sino en sus actividades cotidianas no asociadas al trabajo nocturno. Si bien no podemos decir que se trata de todos los casos, pero el trabajo nocturno de subsistencia, pone a los jóvenes en una condición de vulnerabilidad. Lo anterior sin mencionar que se trata generalmente de actividades laborales precarias, con salarios bajos y nula protección social.
Sin tratar de hacer generalizaciones simples, el trabajo nocturno en jóvenes asociado al ocio tiene diversas aristas; una de ellas es la condición de precariedad y desgaste que genera en los jóvenes que participan de esta actividad laboral. Una de las preguntas que surgen ante este panorama tendría que ver en cómo generar regulaciones que sitúen a las y los jóvenes en una mejor posición laboral.
Director UAQ Labor Center/Centro Laboral UAQ
centrolaboraluaq@gmail.com
uaqlaborcenter@gmail.com