BLINDAJE FINANCIERO
Deuda amplia del sector pública, estrecha gasto y pone en riesgo finanzas públicas
El lunes le dije que uno de los rubros más preocupantes de las finanzas públicas es el que se refiere al nivel de la deuda amplia del sector público, porque creció exponencialmente a partir del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y durante la administración de Enrique Peña Nieto.
Hoy voy a fundamentar esa afirmación con datos de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, que encabeza José Antonio Meade Kuribreña, porque al momento de escribir esta columna era prácticamente la única información disponible, más no con ánimo oficialista, que es lo que menos anima este texto.
En diciembre de 2006, cuando Calderón tomó posesión como presidente de la República, la deuda amplia estaba en 3 billones 135 mil 438.9 millones de pesos y en diciembre de 2012, cuando transmitió la banda presidencial a Peña, la dejó en 5 billones 890 mil 846.1 millones de pesos.
Como se dará cuenta, le sumó 2 billones 755 mil 407.2 millones de pesos más a la deuda amplia del sector público, que significaron un crecimiento nominal de 87.9 por ciento de principio a fin del sexenio; y de 6.6 por ciento real a tasa anual promedio durante cada uno de los seis años de la administración.
Y medida como proporción del Producto Interno Bruto, que para quienes no lo saben, es la suma del valor de los bienes y servicios que produce la economía de un país en un periodo de tiempo determinado, en este caso anual, la deuda amplia se elevó 7,9 puntos porcentuales, de 29.8 a 37.7 por ciento.
Después llegó Peña, en diciembre de 2012, y como ya le dije recibió de Calderón una deuda amplia del sector público que para entonces sumaba 5 billones 890 mil 846.1 millones de pesos, que luego elevó a 9 billones 197 mil 350.4 millones de pesos, con cifras disponibles a mayo de 2017.
La presente administración le ha sumado a la deuda amplia 3 billones 306 mil 504.3 millones de pesos, que significaron un crecimiento nominal de 56.1 por ciento desde el inicio del sexenio al 17 de mayo, y de 9.9 por ciento real, en promedio anual, de 2013 a 2016.
Y medida como proporción del PIB, de diciembre de 2012 a 2016, la deuda amplia del sector público se incrementó de 37.7 a 50.2 puntos porcentuales, es decir, en 12.5 puntos porcentuales, esto es, 4.6 puntos porcentuales más de lo que se incrementó en la administración de Felipe Calderón.
Una primera conclusión es que, como le dije desde la entrega anterior, las dos administraciones dieron rienda suelta al endeudamiento. La de Peña más que la de Calderón pero ambas con el argumento de impulsar un crecimiento económico más el de instrumentar las reformas estructurales, en el caso Peña.
Al final del día, independientemente de quien endeudó más al país, la deuda amplia que dicen es del sector público, pero que en realidad es de usted y mía y de las nuevas generaciones, porque somos quienes la tendremos que pagar con más impuestos, alcanzó en mayo pasado 9 billones 197 mil 350.4 millones de pesos que equivalen a más de 50 por ciento del Producto Interno Bruto y su costo financiero crece vertiginosa y exponencialmente.
Mientras tanto, ni llegan las prometidas tasas potenciales de crecimiento, que deben ser iguales o mayores de 5 por ciento real, anual, ni los beneficios de las reformas estructurales. Lo que hemos visto de las reformas estructurales son, de la fiscal, incremento de tasas, lo que ha dado más ingresos tributarios al Estado pero siguen siendo insuficientes para reducir el déficit; de la energética, gasolinazos y aumento de tarifas de luz; de la financiera, magras tasas al ahorro y altas tasas al crédito; y de la de comunicaciones…, pues juzgue usted.