Jimmy Kimmel confesó que decidió declinar la oportunidad de volver a conducir la ceremonia de los Óscar con el fin de tomarse un descanso y mantener el equilibrio en su trabajo.
Después de que trascendiera que tanto él como John Mulaney decidieron no tomar la batuta de la gala más importante de Hollywood, en el podcast “Politickin’” Kimmel aseguró que prefirió darse un descanso al considerar que hacerlo por tres años consecutivos era demasiado para él.
“No soy bueno para mantener el equilibrio. Realmente no lo soy. No es uno de mis puntos fuertes. Me entrego por completo cuando se trata de algo como los Óscar. Pienso en ello por la mañana y por la noche, y cuando tengo ideas quiero trabajar en ellas, y luego mi programa nocturno parece una molestia. Tenemos a todos nuestros guionistas del programa trabajando en los Óscar, así que los distrae. Es divertido hacerlo y se siente bien cuando sale bien, pero, para mí, fue demasiado hacerlo tres años seguidos”, explicó.
El también comediante aseguró que ve en el medio muchas opciones de personas que podrían ser buenas anfitrionas de los Óscar, sin embargo, la mayoría no quiere hacerlo por el tiempo que exige.
“Requiere mucho tiempo, y muchas de las personas de las que piensas: ‘Esa persona sería genial’ saben que serían geniales, pero simplemente no quieren hacerlo. Cuando piensas que alguien va a ser genial, lo único que puede hacer es demostrarte que estás equivocado cuando presenta los Óscar. Dicen que es un trabajo ingrato. No lo describiría necesariamente así, porque cuando sale bien, no lo es, pero es una situación difícil”, dijo.
A su vez, Jimmy Kimmel considera que su pausa en la gala de la Academia servirá como un ejercicio para su equipo ya que tampoco tendrán que estar enfocados en ello.
“Creo que es un buen ejercicio para nuestro personal tener otro anfitrión allí, porque hay muchas cosas que hago cuando estoy allí que de repente ellos tienen que hacer, y siento que cuando regreso, me aprecian más”, agregó.