Lo ocurrido la semana pasada en los estados de Jalisco y Guerrero, lugares donde el crimen organizado asumió en sus acciones características de terrorismo y de ejercicio de autoridad de factor, levantaron las protestas sociales al grado de pedir implícitamente la desaparición de poderes, es una peligrosa condición que igualmente prevalece en otras entidades como Michoacán, Sonora y Guanajuato, por mencionar los más importantes casos de presumible narco estados.
En Jalisco, estado en el que se realizarán el próximo año elecciones para gobernador, la crisis que vive el partido Movimiento Ciudadano, se agudizará por los intereses enfrentados del líder real de esa organización, Dante Delgado, y el mandatario estatal Enrique Alfaro, creando un clima de especial ingobernabilidad que, sin duda, favorecerá el crecimiento territorial y político de grupos con gran poder como el Cartel Jalisco Nueva Generación.
Es previsible que en Jalisco ocurra una alternancia en favor de Morena que tiene como precandidato adelantado al Dip. Antonio Pérez Garibay.
Guerrero vive las consecuencias de una política de intereses que, en una ridícula carambola cuando el INE inhabilitó a Félix Salgado Macedonio, llevó primero a la candidatura de Morena a Evelyn Salgado, la tortita, y posteriormente al gobierno del estado.
Los resultados de esa política de intereses están a la vista.
No basta la tutela del Toro Salgado Macedonio para que su hija Evelyn pueda con un estado tan complejo, política y socialmente, como Guerrero.
Lo ocurrido en Chilpancingo donde el grupo de Los Ardillos dobló en una negociación a la autoridad estatal, y desde ahora el grupo criminal le tiene tomada la medida a Evelyn Salgado.
Y casos como Jalisco en donde habrá elecciones para gobernador el próximo año, pueden caer en el nefasto precedente de la narco política.
En Guanajuato la alternancia se ve en lo que será una cerrada disputa del gobernante PAN con Morena.
Siendo la entidad con el más alto índice de homicidios dolosos en el país, la oposición al PAN, que mantiene el gobierno con un cuestionado Diego Sinhué Rodríguez, tiene ya listas propuestas para atender una problemática que los electores de esa región del Bajío esperan como respuesta a un clamor por el retorno a la paz pública que con el PAN se perdió hace ya más de dos décadas.