Se presentará este 12 y 13 de abril la obra “Jacinto y Nicolas” en el Foro escénico del Museo de la Ciudad, en el Centro Histórico. La recepción es a las 19:30 horas para dar inicio a las 20:00 horas. El costo general es de 250 pesos, y hay descuento para estudiantes, maestros e INAPAM.
Es una obra de teatro escrita por Camila Villegas, dramaturga mexicana que después de vivir durante dos años en la sierra de Chihuahua en comunidades rarámuris, se nutre de la cultura, tradiciones y experiencias de ellos y sirven de inspiración para crear el monólogo “Los lunes de Jacinto” basado en relatos sobre un hombre rarámuri que decidió ir a denunciarse a sí mismo con las autoridades después de haber matado a un hombre y encontrándose con la dificultad para concretar su objetivo por la falta de personal que pudiera atender su causa.
Ante la posibilidad de llevar a escena ese monólogo por parte del maestro Alberto Lomnitz que sugiere que el monólogo es bastante pequeño como para hacer un montaje de el, Camila crea el monólogo “Nicolasa sueña” donde narra también a partir de anécdotas compartidas por la comunidad rarámuri, experiencias de mujeres que han perdido a sus hijos por diferentes razones y lo complicado que puede ser conseguir atención por parte de la autoridad.
Es así como surge la obra de teatro Jacinto y Nicolasa, construida a partir de dos monólogos donde los protagonistas nos cuentan la imposibilidad de atención y aplicación de justicia en las zonas indígenas y apartadas de la sierra de Chihuahua, aunque evidentemente esa situación puede relacionarse con cualquier lugar de este país.
Jacinto Cubésari se presenta en una oficina en Creel a pedir ser atendido porque va a denunciar que ha matado a un hombre, en diferente tiempo, quizá en la misma oficina Nicolasa Gardea pide atención a la denuncia de desaparición forzada de su hijo menor de edad por parte del narco. En ambos casos la respuesta de la autoridad es que regresen a los ocho días porque no hay quien pueda atenderlos en ese momento.
Jacinto y Nicolasa ante la falta de experiencia en las costumbres de los “Chabochis”, término con el que se refieren a los que no son tarahumaras, cumplen con la indicación regresando semana tras semana con el objetivo de concretar la denuncia correspondiente sin tener éxito. Y es cuando se vuelve entonces más tormentoso ese procedimiento porque ellos de verdad confían en que en algún lunes podrán ser atendidos y escuchados, y sólo el tiempo y la falta de interés por parte de la autoridad los hará entender que ese clamor de justicia quizá nunca llegará.
En ese ir y venir recorriendo a pie cientos de kilómetros desde sus comunidades hasta la oficina para ser atendidos; los personajes nos comparten su cosmovisión, su cultura, sus tradiciones, sus creencias, sus afectos y sus dolores, permitiendo al espectador reflejarse en ellos y conmoverse de manera íntima con su padecer, ya que al final lo que ellos experimentan lo puede padecer cualquier ciudadano de este país.