Elizabeth González
Durante su visita a Querétaro, el escritor español Jorge Carrión abordó el tema de la Inteligencia Artificial, a la cual calificó como una herramienta cada vez más poderosa e interesante, y apuntó que no es enemiga, pero tampoco es la amiga.
PLAZA DE ARMAS, el periódico de Querétaro, platicó al autor responsable de Solaris, Ecos y Gemelos Digitales, para abordar esta nueva tecnología que cada día acapara más nuestra vida diaria. Aquí la entrevista:
Elizabeth González: Jorge, ¿qué tal?
Jorge Carrión: Hola, ¿qué tal? ¿Cómo estás?
EG: He tenido la oportunidad de leerte, he tenido también la oportunidad de escuchar algunos de tu podcast después de que lo mencionaste, busqué en los gemelos, porque dije, bueno, a lo mejor de algo me estoy perdiendo. Y lo que me queda muy claro cuando uno te escucha es que me pareciera que la postura, o no sé, tú dímelo tú, que la inteligencia artificial no es el enemigo.
JC: No, claro que no. Tampoco es la amiga. Sí, es muy interesante porque ahora el iPhone y otros teléfonos móviles ya incorporan la IA y su objetivo es que hables con ella, te acompañe, sea casi terapéutica. Hay muchas apps de falsa psicología que son generadas artificialmente con IA generativa y yo creo que es un peligro también pensar que es tu aliada. No es tu aliada directa, no es tu enemiga, es una herramienta y cada vez más poderosa, más interesante, pero una herramienta. La evolución de mis podcasts sobre el tema, bueno, en Solaris, que hice hace ya casi cinco años, hay un capítulo que se llama Algoritmos creativos, en el cual refuerzo mucho la idea de eso, de herramienta de la creatividad, que va a impulsar, que está impulsando mucho la creatividad humana. En Ecos, mi segundo podcast, prácticamente no hablo de inteligencia artificial, aunque sí que aparece el tema de las voces sintéticas, pero es un podcast más humanista y más sobre los sonidos naturales y musicales del mundo. En mi nuevo podcast, Gemelos digitales, hablo de que se está creando una tecnología en la cual todo tiene un gemelo digital, todo tiene un doble virtual, desde una cafetera o un coche hasta un pulmón, hasta una ciudad o el planeta entero. Ahí imagino qué pasaría si todos los humanos tuviéramos nuestro propio gemelo digital y, evidentemente, lo que ese gemelo digital utiliza para poder hablar contigo es la inteligencia artificial.
EG: Jorge, por otro lado, tengo la impresión, de que no tendríamos toda esta información que tú nos das a través del podcast si no fuera por toda esta formación que tú tienes detrás, o sea, todo lo que hayas escrito, todo lo que has leído, supongo, todo lo que has expuesto, digamos, todo este bagaje lo llevas hacia allá, porque yo recuerdo que en Solaris, por ejemplo, a mí me parecía como una información cruda, así como de golpe y que ya en Ecos era como más un programa de radio, como lleno de efectos, de sonidos que lo hacen más gentil, pero ambas eran de una o de otra manera importantes. ¿La inteligencia artificial está en manos no de todos o sí?
JC: Yo diría que en mi dimensión como escritor, sobre todo de ficción, soy más egoísta, ¿no? O sea, mis novelas, Membrana, que es sobre inteligencia artificial, o Las Huellas, que es una especie de novela en cuatro partes muy extensa que intenta narrar el cambio del siglo XX al siglo XXI. En Membrana o Las Huellas yo no pienso en el lector, yo pienso en lo que me interesa explorar en el lenguaje, en la metáfora, en la poesía, en la narrativa.
Eso, de un modo muy egoísta. En cambio, como periodista cultural, soy lo contrario, ¿no? Soy alguien que intenta siempre como comunicar, divulgar. Divulgar es decir en vulgar, ¿no? Es decir, para todo el mundo las cosas. Y lo mismo como profesor, llevo 25 años dando clases. Entonces, como que estoy siempre, no dividido, pero entre dos mundos. El mundo del arte y de la literatura, que es un mundo más exigente y más elitista. Y el mundo del periodismo cultural y de la docencia, que es un mundo más transversal y horizontal.
Solaris, Ecos y Gemelos Digitales, yo creo que intentan encontrar un equilibrio, son por un lado artísticos, son podcasts artísticos en los que trabajo con Andreu Quezada, que es un gran editor de sonido y músico, invito a María Arnal, a poetas como Isabel Zapata, como María Negroni. Hay en Ecos música de Babasónicos, por ejemplo. Es una cuestión artística, pero también una voluntad divulgativa de periodismo cultural expandido con herramientas de ficción y con herramientas de arte sonoro y de música, etcétera. Entonces, mi posición con la IA también se puede ver así, en Membrana o en todos los museos sonoros de ficción, que son dos novelas de ficción especulativa.
Trabajo la IA de un modo artístico y loco e inesperado, espero. En un caso me invento el museo del siglo XXI y el lector está leyendo lo que ocurre en un museo imposible. En el otro, un algoritmo me contacta y me seduce y hablamos sobre cómo colaborar el hombre y la máquina.
Y, en cambio, en Solaris, Ecos y Gemelos Digitales, sobre todo, lo que hago es intentar comunicar ideas, hechos, historias reales. Entonces, yo creo que en Solaris y en Ecos el 98% de lo que digo es real, es documental, y en Gemelos Digitales utilizo la ficción para comunicar esas ideas reales. En los tres podcasts y en las dos novelas lo que se puede ver, como tú dices, es que la IA está en todas partes, pero no nos pertenece. Yo creo que ahora mismo pertenece a las corporaciones, aunque también las universidades estén trabajando mucho en inteligencia artificial. Y lo que se puede concluir de mis novelas y de mis podcasts es que, finalmente, lo que hay que hacer es apropiársela a ella, ¿no? O sea, finalmente, o tú te la apropias o ella se te apropia, ¿no? No habrá un término medio.
Y yo lo que quiero es comunicar la idea de que, si yo, modestamente, con mis proyectos he sido capaz de entender un poco qué está pasando, cualquiera debería también intentar entenderlo. Pues es eso algo que tú generosamente realizas cuando das clases, me parece. O sea, este contagiar a los jóvenes, que ellos puedan suponer que pueden acceder, digamos, a otros mundos, a otras informaciones, a otras historias.
EG: Algo que te preguntaban hace un momento, la importancia de por qué conocer la inteligencia artificial a los jóvenes universitarios, Jorge.
JC: Bueno, porque es una herramienta fundamental, algún joven estudiante que tiene que conocer la tradición y tiene que conocer el presente, que se está convirtiendo en un futuro, un poco, el objetivo de la universidad es ese, ¿no? es un bagaje clásico en el campo de estudio equis, con unas herramientas y una formación en el presente que te permita incorporarte al mundo laboral. Claro.
Y ahora, ¿qué tenemos? Tenemos una tradición muy fuerte con la biblioteca, con la hemeroteca, con los contenidos, con los programas, con la biografía, con las clases y una brecha, una quiebra, una grieta en el presente que está cambiando tan rápidamente que casi no da tiempo de que llegue al aula. Al aula casi no ha llegado YouTube, casi no ha llegado Google. Y ahora de pronto tiene que llegar YouTube, Google y toda la IA, porque si no, estamos perdidos, ¿no? El tema es qué importancia le das al presente y qué importancia le das a tradición. En el máster en Creación Literaria, en el que trabajo en Barcelona, le damos mucha importancia a la tradición, pero ahora ya hay unas clases de podcast, unas clases de transmedia, unas clases de inteligencia artificial. Te cuento que es un 1%.
Hay que ir viendo, porque, claro, si a mí me ha sido útil conocer la tradición para poder enfrentarme a lo que está pasando, entiendo que a cualquiera le puede ser útil. Entonces tienes siempre miedo de centrarte demasiado en lo que puede caducar. Yo cuando estaba en la escuela, aprendí programación en BASIC. Claro, eso caducó. Entonces nunca sabes a qué dedicarle el tiempo que va a quedar y que va a caducar.
EG: Yo veo a veces a algunos amigos universitarios maestros un poco perdidos por la falta de atención de los jóvenes. Dicen, es que están alejados totalmente, no son atentos, no les interesa, o sea, no sé qué hacer. Entonces me parece que también es esto, intentar ser parte de sus intereses o de su mundo para ver desde dónde lo están viendo ellos.
JC: Totalmente. Yo por eso me interesé tanto por Rosalía. Yo no soy experto ni mucho menos en música, al revés. En Ecos he intentado formarme musicalmente un poco para poder alimentar mi curiosidad sobre el mundo sonoro. Pero hace unos años, cuatro o cinco, escuché el disco del “Mal querer” de Rosalía y empecé a estudiarla y a pensarla. Incluso hice un libro colectivo sobre ella y creo que hablo de ella en lo viral, hice artículos para varios diarios. Creo que si me interesó tanto Rosalía es porque me permitió entender su generación, que es la de mis alumnos. Entonces de pronto un maestro que se encuentra perdido porque no tiene la atención, si se da cuenta de que, en el corrido tumbado, es el nuevo fenómeno, en Peso Pluma, en Rosalía, en el narco corrido, en el hip hop, en el breakdance, etcétera; puede encontrar elementos para conectar. Con Rosalía tú puedes llegar a Federico García Lorca, al flamenco, al remix. Hay un montón de temas que tú lo puedes derivar de un objeto cultural que si que interesa a tus alumnos de 12 o de 15 años. Eso es hacer el cambio de chip. Estamos acostumbrados como maestros a merecer atención solo por nuestro rol jerárquico de maestros. Eso ya no existe y tenemos que buscar nuevas estrategias para captar la atención, que en mi experiencia tiene que ver con meter lo que tú quieres meter de contenido a través de anzuelos que tienen que ver con YouTube, TikTok o fenómenos pop que a ellos les interesa.
EG: Cuando en uno de tus podcasts hablabas de los poliamorosos, yo acababa de leer algo de Savater, donde él confundía poliamorosos como una cuestión política. Entonces, me puse a escuchar el podcast y me quedé maravillada porque había visto yo el cortometraje de “Mi amigo El Pulpo” y entonces yo nunca pensé por dónde se iba a ir ese podcast. Entonces esta información de los tentáculos, de la cantidad de cerebros que tienen, los corazones que tiene un pulpo… es una información que yo no tendría. Como con las películas de autor, que es como si te encendieran algunas neuronas nuevas o cuando menos algo se sacudiera, lo curioso fue que justamente quien me había informado de El Pulpo también era mi nieto, mis nietos. Pero bueno, tú hablas de una preocupación también. ¿Este es el mundo que queremos dejar a los niños? Cuando estabas hablando de todo esto virtual, de la posibilidad de otro igual, yo pensaba en la película de “El camino” Eso no queremos para nuestra humanidad, ni para nuestros hijos, ni para nuestros niños. ¿No se podría hacer un mundo así también en donde podamos detenerlo, podemos conseguir unas cosas distintas? Yo pienso ya ahora ya no tanto a los hijos sino a los nietos.
JC: Totalmente.
En el podcast Solaris hay un núcleo que es tecnología, capítulo sobre IA, sobre plataformas, otro sobre ciencia, capítulo sobre Marte, agujeros negros, inteligencias vegetales o animales, y otro capítulo que es sociológico. Y otro sobre Poliamor, ¿no? Y claro, a mí no me interesaba hablar de Poliamor como una opción de una pequeña minoría, por lo general, burguesa, global, de ahora, sino como el Poliamor como algo constante en la historia de la humanidad. Y justamente como con mis hijos hemos visto todo Star Wars, me di cuenta de que Star Wars es muy poliamoroso, porque básicamente la gran relación afectiva es entre Han Solo y Chewbacca, que es entre un humano y un no humano, y que después todo el rato hay relaciones afectivas también con los robots y con otro tipo de especies, y que es muy poliamoroso en el sentido que a mí me interesa que es de nuevas afectividades en el siglo XX y XXI, ¿no? Y efectivamente, yo creo que de pronto, si tú naturalizas con tus hijos el amor por los gatos o por las plantas, igual que el amor hetero o homosexual y todo tipo de afectos y de amistades entre personas o no personas, eso construye futuro. Lo que hay que hacer, me imagino, es construir futuro, no en términos distópicos como el camino, la carretera, sino en términos más bien utópicos. La utopía es necesaria, ¿por qué? Porque no se puede realizar, si se realiza es un desastre, como nos ha mostrado el siglo XX, pero si no se realiza, que es lo deseable, genera una energía positiva de transformación hacia un lugar mejor.
Y yo lo que intento modestamente con mis podcasts, no con mis novelas, porque con las novelas no sé qué estoy escribiendo. Cuando acabé Membrana me di cuenta de que era muy oscura y que otra vez he escrito una novela sobre exterminios, que ya hice con Los Muertos y con otros libros. No con las novelas, en las cuales no tengo ninguna tesis, sino que planteo preguntas, pero sí que en los podcasts, por ejemplo, o los artículos intento ser más propositivo que no destructivo. Y yo vengo de ser un periodista muy crítico, en el más sentido de la palabra. Me di cuenta de que ante la gran cantidad de objetos culturales que hay, si uno no me ha gustado, mejor no lo digo, y que en no decirlo ya hay un gesto. Porque me centro en lo que sí que me gusta y sí que me interesa y sí que quiero reforzar.
EG: Dos cosas antes del final. Fíjate que platicando con mi nieto de 10 años, con mucha preocupación hablaba del futuro, creo que hubo una identidad de una maestra que les hablaba de que ellos no iban a tener ni siquiera jubilación digna. Entonces, yo quise modificar, digo “Sí yo hubiera nacido hace 40 años antes, probablemente sería una mujer que estaría en una sillita al sol, esperando ahí a que me fueran a ver, Le dije, (fuí operada de los ojos), entonces la tecnología me permite una vida totalmente distinta. Sí no hubiera sido por los sistemas y la tecnología, no estaremos aquí. Entonces, en esta medida, podemos hablar de que hay esperanza.
JC: Totalmente. La IA avanza muy rápido, en verdad no avanza tan rápido, porque la estructura económica y política y sociológica no la puede, la quiere impulsar. Entonces hay que encontrar un equilibrio, y todo es un equilibrio. Entre la utopía y la distopía, entre la IA y lo analógico, entre la pantalla y el mundo físico, y yo creo que lo que todos queremos encontrar es justamente un equilibrio entre esos extremos y buscar el modo de ser más o menos felices en el término medio. ¿El problema cuál es? Que hay una palpitación de fondo muy fuerte que genera mucha angustia, la ansiedad, la depresión, la angustia de nuestra época, no sé por qué, pero es muy fuerte. Quizá esa angustia y esa ansiedad tiene que ver con que el mundo físico y económico y sociológico y político resiste una presión que está acomodando el mundo tecnológico y esa sed de futuro. No sé, pero yo tengo la suerte de que conservo la calma, soy bastante feliz, consigo casi siempre dormir mis siestas e ir a buscar a mis hijos a la colegio caminando, y cada uno tiene que negociar con su vida para encontrar ese término medio, ese aurea mediocritas de los antiguos, que creo que es la clave de todo.
EG: Jorge, muchísimas gracias por habernos permitido platicar contigo, es invaluable porque hay muchos temas de los que se pueden hablar, porque además me parece que todavía no se habían hecho cosas tan cercanas en donde se reúnen la ciencia, la tecnología y la creación, la literatura, las artes; como que por un lado iba la ciencia, por otro lado iba la parte artística. ¿Algo más que nos quieras decir?
JC: Estoy encantado de estar en Querétaro y Querétaro es una ciudad que creo que busca ese equilibrio entre lo clásico y lo contemporáneo. Ojalá lo encuentre.
EG: Gracias, Jorge.