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¿Intelectuales Funcionales?

ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE

por Alejandro Angulo
22 septiembre, 2020
en Editoriales
El Juego de la Probabilidad con semáforo naranja
6
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El debate que se plantea en torno al pa­pel de los intelectuales en México, no es del todo nuevo, ya desde varias dé­cadas atrás, se ha venido polemizan­do acerca de cuál debe ser el rol del intelec­tual. En tal sentido, ya Gramsci había señala­do que “No existe una clase independiente de intelectuales, sino que todo grupo social tie­ne su propio sector de intelectuales”, así con la reciente carta firmada por un grupo de in­telectuales que apelan a la “libertad de expre­sión”, asistimos sin duda alguna a un escena­rio de vinculación entre dichos intelectuales y un determinado grupo social, lo cual no es casual, pues tiene su razón de ser en el papel que éstos han y siguen desempeñando, o sea, darle a la clase o grupo que representan con­tinuidad, homogeneidad y conciencia de su propia función en los campos económico, so­cial, político y cultural, de esta manera, no se trata de otra cosa, que de la función política.

Así tenemos, que en el ámbito de la “so­ciedad civil-política” existen los intelectua­les como educadores, comunicólogos, escri­tores, ambientalistas, ideólogos, artistas etc., que fungen con un rol funcional, que eviden­temente defenderán a costa de todo, pues ahí han hallado su modus vivendi. Pero cabe se­ñalar, que los 600 firmantes, ni son todos in­telectuales, ni tampoco, representan a la in­telectualidad en México, muchos de ellos, son un producto comercial solamente.

En México, podemos apuntar una carac­terística muy peculiar, la cual consiste en que desde las décadas de los 80s y 90s los llama­dos intelectuales, se han apartado de las cau­sas populares, y del propio pueblo, para ir con­formando un sector de un grupo social deter­minado, que los ha acogido, promocionado y retribuido económicamente, pero que no re­presentan a la gran mayoría en cuanto a la vi­sión social, política y cultural que plasman de distintas formas. En esta medida, los susodi­chos intelectuales, se perfilan entonces como los organizadores de la producción, de la mo­dernidad y encargados de impulsar la hege­monía en los múltiples ámbitos de la socie­dad, al servicio de un grupo económico y so­cial determinado.

Es decir, se trata de intelectuales funciona­les que se han conformado en un bloque, para difundir una concepción de la realidad social, económica y política del país, poniendo énfa­sis en el sentido político de dichas funciones, lo cual los vuelve una “masa de intelectuales” ligados a un poder estatal de sexenios pasados.

No hay tal censura, ni prohibición de la li­bertad de expresión, lo que existe es un deba­te abierto, actual, claro y profundo, de lo que fue e hicieron los gobiernos pasados y de lo que hoy se plantea. Sería mejor que dejaran de lado las falsas pantallas y expusieran abier­tamente sus posiciones, sus aspiraciones e in­tereses que defienden.

El rol histórico del intelectual, tiene que ver con el compromiso social y político, que establecen, no con el poder en sí mismo, sino con las clases sociales desposeídas que nece­sitan de la guía, orientación y propuestas para salir adelante, bajo principios y valores éticos, basados en la honestidad, equidad, responsa­bilidad, trasparencia, cuidado del medio am­biente y distribución de la riqueza, más no, en la continuidad de modelos que han pro­bado ser un fracaso, y aquí aplica, que el “re­medio no es el mal”, como en la modernidad se dice, que lo único que salva al fracaso an­terior es modernizar lo pasado, Por el contra­rio, la acción debe poner énfasis en lo disrup­tivo, en el cambio real de paradigmas, por el bien común.

En el México actual, hay muchos intelec­tuales locales quizá desconocidos comercial­mente en el plano nacional, pero que éstos es­tán cumpliendo mejor que los otros un papel histórico en el cambio, trabajando arduamen­te y sin esperar recompensa económica algu­na, en el bien común de sus comunidades, lo­calidades y estados.

Etiquetas: Censuramexico

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