Juan Carlos García
Balada, ranchera, cumbia y pop delinean el historial musical de Ángela Aguilar, y ahora, no exactamente con temor pero sí con mucho respeto, se adentra en el bolero.
El viernes 2 de febrero, la famosa heredera del clan Aguilar, hija de Pepe Aguilar y Aneliz Álvarez-Alcalá, estrenará el disco Bolero, el cual vendrá acompañado por un mediometraje del mismo nombre y que explora detalles sobre la grabación del material y el viaje de la intérprete a Cuba para ilustrarlo.
“Yo no estoy tratando de competir con nadie que haya cantado boleros antes, al revés: los estoy homenajeando. Es muy padre ser de la generación Z y cantarles las canciones que fueron (populares) desde hace muchísimos años, incluso hay canciones que tienen casi cien, ochenta años”, platicó la artista, de 20 años, en entrevista exclusiva.
En Bolero, el material audiovisual que estrenará en varias salas de Cinemex el miércoles, y luego en su canal de YouTube, Ángela intercala reflexiones sobre las canciones elegidas con los videos respectivos, como “Somos Novios”, “Toda Una Vida” y “Piel Canela”. “Sí me da un poco de susto pensar que hay personas que creen que estoy faltándole el respeto a algo que lleva tanto tiempo, pero también lo hago con las mejores intenciones y con la mejor energía, y espero se traduzca (en aceptación)”.
Codirigido por el propio Pepe y Simon Fuller, el mediometraje expone algunas de las inquietudes de la intérprete de “La Tequilera”, entre ellas, su deseo de poder conocer a alguien del extinto colectivo Buena Vista Social Club, lo cual le llega como una gran realidad.
“No sabía nada, y fue una sorpresa de mi mamá y mi papá, que me dijeron casi hasta el final del rodaje”, apuntó Ángela.
La también influencer y emprendedora se refiere al momento en que conversa con Omara Portuondo, de 93 años y prestigiada diva del “feeling” o “filin”.
“Detrás de cámara estaba muy callada, con su Alzheimer no comunicaba tanto, ella en su mundo. Mi maquillista la fue a arreglar y se veía muy bonita.
“En cuanto prendieron las luces se transformó, y me acordé de mi abuela, que se transformaba. Se arreglaba hasta para un videíto en el teléfono”, platicó la nieta de los fallecidos Antonio Aguilar y Flor Silvestre.
Al realizar el disco y los videoclips, la cantante se conectó con sus raíces mexicanas y también conoció mucho más de lo que es La Habana y el significado que tiene en la historia de la música.
“Todo es música, hay mucha música, y hay un gran contraste entre lo que uno puede ver en Ciudad de México y en La Habana, y yo quise aprender más, mucho más, del origen (de la música local)”, expresó la nominada al Grammy y al Latin Grammy.
Al mencionar las piezas que incluye Bolero, recordó que a su abuelo le encantaba la canción “Obsesión” y que su abuela era muy fan de “Luna Lunera”, ya no se diga que sus padres han perfilado gran parte de su formación romántica musical, como “Somos Novios” y “Quizás, Quizás, Quizás”.
Reconoció que en su linaje musical hay influencias de grandes clásicos que Portuondo popularizó, como “Noche Cubana”, “Amor de Mis Amores” o “Veinte Años”.
“Es que su manera de cantar, de sentir es una leyenda. Con esa carrera tan larga, con esa presencia tan importante en la música, yo decía ¡estoy en presencia de algo muy grande!
“Y me llenó de vida que cuando al terminar (la conversación) se paró, a todos nos nació aplaudirle, y nos sonrió. Se fue del brazo con su hijo y de pronto él regresa y me dice ‘muchas gracias por brindarle a mi madre su último aplauso’”, recordó Ángela, conmovida y haciendo énfasis en que el bolero acaba de ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.