Santiago Nieto
La transferencia tecnológica es un proceso esencial que facilita la difusión y el intercambio de conocimientos y tecnologías entre diferentes actores, como universidades, centros de investigación y empresas. Este fenómeno no solo impulsa la innovación, sino que también contribuye al desarrollo económico y a la competitividad de las naciones. El mandato de la Presidenta y el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, es precisamente retomar esta materia, darle el impulso que no ha tenido y enfocarlo hacia las vocaciones y el nearshoring.
La transferencia tecnológica implica el movimiento de resultados de investigación y desarrollo desde el ámbito académico o de investigación hacia el sector productivo. Este proceso puede ocurrir de diversas maneras, como permitir a empresas utilizar tecnologías específicas mediante acuerdos formales; trabajar conjuntamente en proyectos de investigación que faciliten el desarrollo de nuevos productos o procesos, o la creación de empresas emergentes que nacen a partir de tecnología desarrollada en instituciones de investigación.
Uno de los aspectos más relevantes de la transferencia tecnológica es su relación con el registro de patentes. Las patentes son derechos exclusivos otorgados por un Estado a un inventor o titular, que permiten a este explotar su invención por un período determinado, generalmente 20 años. La interrelación entre transferencia tecnológica y patentes se manifiesta en varios puntos clave, como el incentivo a la innovación, la valoración de activos, la competitividad en el mercado global o el desarrollo regional y nacional. Aquí, los países que fomentan la transferencia tecnológica a menudo ven un aumento en las solicitudes de patentes. Las políticas públicas que incentivan la colaboración entre universidades y empresas han demostrado ser efectivas para aumentar el número de patentes registradas, lo que a su vez contribuye al desarrollo económico.
›A pesar de los beneficios, la transferencia tecnológica enfrenta varios desafíos, como el desconocimiento, la falta de financiamiento y las dificultades en la colaboración, especialmente cuando existen barreras culturales y estructurales que dificultan la colaboración efectiva entre academia e industria.
La transferencia tecnológica es un motor fundamental para la innovación y el crecimiento económico, estrechamente ligada al registro de patentes. Fomentar un ecosistema que promueva la investigación, el desarrollo de nuevas tecnologías y su adecuada protección a través de patentes puede ser clave para potenciar el desarrollo tecnológico y la competitividad de las naciones en el escenario internacional.
A medida que se superen los desafíos inherentes a este proceso, es probable que veamos un incremento significativo en el número de patentes, reflejando una sociedad cada vez más innovadora y dinámica.