Durante 2023, las importaciones de granos y oleaginosas subieron 6 por ciento anual, al sumar 40.3 millones de toneladas.
Sin embargo, el valor de esas compras internacionales cayó 6.6 por ciento, a 16 mil 672 millones de dólares, reportó Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), con cifras de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM).
“Las importaciones han subido porque la producción en México aún no está al ritmo que el consumo está aumentando en el País y eso hace que en el caso del maíz tengamos una importación récord”, explicó Juan Carlos Anaya, director general del GCMA.
Por grano, el frijol tuvo el mayor aumento anual en las importaciones, de 272.62 por ciento, al registrar un récord de 313 millones de toneladas en 2023; mientras que en valor, las compras subieron 257.58 por ciento, a 354 millones de dólares.
La importación nacional de maíz aumentó un récord de 13.9 por ciento anual, con 19.7 millones de toneladas. Su valor se incrementó 3 por ciento, a 5 mil 729 millones de dólares.
En tanto, el volumen de las importaciones de trigo creció 2.8 por ciento el año pasado, a 5.3 millones de toneladas, pero su valor cayó 14 por ciento, a mil 777 millones de pesos.
En el País, el mayor consumo del trigo es el de tipo panificable, pero su producción no aumenta, destacó Anaya.
Por el contrario, las importaciones de soya disminuyeron 4.8 por ciento en volumen y 11.7 por ciento en valor, debido a que se compró más canola, grano proveniente de Canadá que también sirve para elaborar aceites y es más competitivo en precio.
Un factor relevante en la caída de la producción de los granos y oleaginosas tiene que ver con la falta de disponibilidad de agua, señaló Anaya.
Por ejemplo, la importación récord de frijol se debió a que México tiene la producción más baja de la historia, por la sequía en Zacatecas, Durango y Chihuahua, estados que son fuertes productores.
Lo mismo pasó con el maíz, pues Sinaloa destaca como productor, pero las presas están a 27 por ciento de su capacidad, cuando se suele recomendar que estén a 50 por ciento.
Incluso se busca que se hagan cuatro riegos por ciclo agrícola, pero se han tenido que dar sólo dos riegos por la baja disponibilidad de agua, detalló el directivo del GCMA.