El inicio de la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza atrajo a los fieles a las iglesias del Centro de Querétaro con la fe y la esperanza renovada.
“Vengo a la Iglesia con la convicción de mejorar como católico, como ser humano; buscar ser una mejor persona, arrepentido por mis pecados y con la fe en que puedo mejorar”, compartió el señor Gustavo Macías, quien acudió a la Catedral a recibir la ceniza.
El Templo de San Felipe Neri inició la imposición de ceniza desde las 8 de la mañana para continuar celebrando misas y colocando la ceniza hasta las 9 de la noche, tiempo en el que cientos de católicos se acercaron para iniciar la Cuaresma.
“Tengo muchas promesas por cumplir y vengo a ofrecer también penitencia para pedir por la salud de mi mamá”, comentó la señora Gabriela Vega, quien junto a su pequeño hijo hizo la fila para recibir la ceniza.
La Ceniza que se colocó, como ocurre normalmente, es producto de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año pasado, mismas que son bendecidas con agua bendita y purificadas con incienso.
“En la mañana llegaron fieles, pero a partir del mediodía aumentó el flujo de personas que se dieron cita en las distintas parroquias de la ciudad”, comentó Monseñor Martín Lara Becerril, Vocero de la Diócesis de Querétaro.
El Papa pide revivir relación con Dios
En Roma el Papa Francisco centró su homilía en la invitación del profeta Joel cuando dice: “Vuelvan a mí de todo corazón”.
“La Cuaresma es el tiempo favorable para reavivar nuestras relaciones con Dios y con los demás; para abrirnos en el silencio a la oración y a salir del baluarte de nuestro yo cerrado; para romper las cadenas del individualismo y redescubrir, a través del encuentro y la escucha, quién es el que camina a nuestro lado cada día, y volver a aprender a amarlo como hermano o hermana”, dijo el Papa Francisco en su homilía, con el cual se inició el Tiempo de Cuaresma.
El Papa Francisco recordó que la Cuaresma es el tiempo para volver a lo esencial y reconciliarse con Dios.
“La Cuaresma ciertamente es el tiempo favorable para volver a lo esencial, para despojarnos de lo que nos pesa, para reconciliarnos con Dios, para reavivar el fuego del Espíritu Santo que habita escondido entre las cenizas de nuestra frágil humanidad”, subrayó Francisco, quien debido a dolor de rodilla, no participó en la tradicional procesión de Miércoles de Ceniza entre dos iglesias del Monte Aventino en Roma.